DOMINANTE SEDUCCIÓN ||AMOS OSCUROS #1||

CAPÍTULO 41. SEGUNDA PROPUESTA DE MATRIMONIO

El vuelo de regreso fue increíble y se ha vuelto bastante incómodo durante las siguientes horas.

El tiempo que estuvimos en el aire todos bromeamos sobre quien va a ser la siguiente pareja en atarse para toda una eternidad colocando una alianza en su dedo anular. La primera en apostar fue Annie ya que ella cree que los siguientes vamos a ser Kenneth y yo. Por mi parte he apostado por Mari e Ian.

En todo el trayecto del vuelo Kenneth no me quitaba la vista de encima y cada vez sentía como mi cuerpo reaccionaba ante eso. Solo estaba deseando llegar lo más rápido posible a New York para seguir con lo que dejamos pendiente en aquella habitación.

Cuando el avión aterriza sobre la pista de los Evanshen mi corazón bombea con un ritmo acelerado y mi mente recrea cada azote o cada caricia de Kenneth sobre mi cuerpo. Él lo conoce mejor que yo.

Dicen que solo tu verdadero Amo sabe lo que deseas y como lo deseas.

Eso nos pasa a ambos una vez que estamos juntos en cualquier lugar. Aunque no he hecho lo que como domina se ejecutar con un látigo o con cualquier juguete sexual con Kenneth, pero lo voy a someter muy pronto. Quiero que sepa que también conozco como puedo hacerlo caer en una catarsis de placer hasta que me ruegue para que siempre tenga el control absoluto sobre él.

— ¡Despierta, loca! —el grito de Iván me trae de regreso de mis pervertidas fantasías. Parpadeo para concentrarme en todo el público que me observa con una sonrisa. Le miro mal a Iván y este me da una risa lobuna—. Deja de crear en tu retorcida mente como vas a someter a mi hermanito menor. —Me guiña el ojo.

¿Pero cómo lo sabe lo que estoy pensando?

¿Acaso es telepata?

No lo creo. Más bien es un imbécil y bocazas.

—No todos estamos pensando en sexo como tú lo haces, Iván. Algunos tenemos más cosas en mente y que requieren de atención absoluta —replico enojada.

No voy a permitir que los demás se burlen por ese comentario. Sobre mi cadáver.

—Puedo ver lo que hay en tus ojos dorados, cariño. Que por cierto son bastante expresivos —contesta seguro. El matrimonio le ha quitado lo mujeriego, pero no lo arrogante y a veces me pregunto porque lo sigo soportando después de todos los líos en los que me ha metido—. Los dómines reconocemos la lujuria cuando vemos a los ojos de nuestras parejas, pero eso tú ya lo sabes, ¿no es así?

Le levanto el dedo corazón y él ríe a carcajadas.

Siempre es lo mismo entre nosotros: Iván me molesta, yo le contesto de forma mordaz para luego terminar por hacer ese gesto con el dedo y él ríe.

Fijo la vista en el enorme paisaje que tenemos por delante y los árboles frondosos ondean por el viento helado que sopla. Me encanta sentir el refrescante aire golpear mi rostro porque me hace sentir completamente viva y suspiro fuertemente.

Unos brazos me rodean la cintura y me dejo caer sobre su pecho.

—Perdona a mi estúpido hermano, nena. Nunca sabe cuándo debe reservarse sus comentarios —susurra en mi oído. Me estremezco al escuchar su sexy voz. Estar así con él me hace sentir que estoy en mi hogar... Totalmente segura y a salvo. Creo que mis miedos pasados se desvanecen a mí alrededor al tener el fuerte cuerpo de mi hombre estrechándome. Ya es momento de dar el paso que necesitamos Kenneth y yo para hacer nuestra relación pública. Voy a decirle que le amo cuando estemos a solas—. Vámonos a casa, cielo. Quiero tenerte para mí solo —habla con una voz aterciopelada que endulza mis sentidos.

Levanto la vista y me encuentro con su intensa mirada. En ellos puedo ver cada emoción que atraviesa por su mente y corazón: Pasión, admiración, deseo, posesión y sobre todo amor incondicional.