DOMINANTE SEDUCCIÓN ||AMOS OSCUROS #1||

CAPÍTULO 42. TRATO CON EL DEMONIO

Al despertar me doy cuenta de dos cosas: la primera es que el lugar queestoy es una enorme casa elegante con toques masculinos y mientras sigo observando mi entornono encuentro ninguna ventana que me indique donde me tiene secuestrada.La segunda cosa es que un loco Demián me observa sentado desde la esquina de un mientras lleva el trago a su boca como si estuviera evaluando sus posibles métodos para nunca lo abandone.

Intento moverme, pero es inútil ya que estoy atada a una silla.

Hijo de puta.

Nunca debí de bajar la guardia con él porque no se iba a detener hasta lograr su propósito. Sin embargo, no voy a ponerme a llorar en estos instantes ya que debo mantener la calma si quiero que alguien me encuentre pronto o intentar escapar de esta maldita prisión.

— ¿Qué es lo que quieres de mí, Demián? —Cuestiono lo más tranquila que puedo. Como dómina he aprendido a como esconder las emociones de los demás y mostrarme impasible en situaciones riesgosas. El hermano de Ian me sonríe de manera maliciosa y estoy a punto de vomitar del asco—. ¿Dónde estamos?

Sigo con el interrogatorio para tratar de sacar la mayor información posible. Espero que en estos momentos Kenneth u otro de mis amigos se dé cuenta de mi ausencia en la celebración y puedan venir a buscarme.

—Tú sabes lo que quiero de ti. No tuve otra opción que secuestrarte, Amunett —dice como si es tan normal el hecho de raptar a una persona. Es un psicópata—. Además, te he salvado la vida.

Pero, ¿a qué demonios se refiere?

No entiendo de quien me ha socorrido. Tal vez solo sean más mentiras para hacer que confíe en él, pero por si acaso voy a averiguar que está sucediendo.

— ¿De qué estás hablando, Demián? —Los nervios crispan mi cabeza. Tal vez este hombre está muy obsesionado con tenerme y por eso se inventa cada patraña para retenerme a cualquier costa—. ¿Y bien? Estoy esperando. Sabes que no soy una mujer que le guste esperar.

Parece que está librando una batalla interna entre decirme o no hacerlo. Después de unos cuantos segundos parece que ha tomado una decisión y espero que sea la correcta.

—Amunett, te lo voy a decir porque deseo ganar de nuevo tu confianza —explica. Algo me dice que va a ser honesto en lo que revelará. Arqueo una ceja al ver que no ha soltado nada todavía. Demián sonríe avergonzado y se aclara la garganta—. Hace unos meses atrás me reuní en un restaurante con Federik Evanshen. Me dijo que tenía una propuesta para que regrese contigo y dejes libre a su hijo de una vez por todas. Su plan consta de secuestrarte cuando estuvieras sola y después le iba a ordenar a su matón que te elimine. Según él, ya todo está planeado para que la policía de NY nunca encuentre tu cuerpo y por lo tanto no se va a levantar una denuncia por tu desaparición.

Aquellas palabras me dejan completamente helada. Sé que el padre de Kenneth me odia, pero de eso a querer matarme sobrepasa el límite.

Demián es un maldito mentiroso y todo lo que me revele tengo que evaluarlo a detalle. No voy a permitir que me envuelva con unas cuantas palabras. Sin embargo, el odio puede hacer que una persona pueda ser capaz hasta de matar con tal de salirse con la suya.

— ¿Por qué debo creerte, Demián? Después de lo que me hiciste ya no creo nada que salga de tu boca —contesto. Que esté en peligro no significa que voy a callarme frente a él—. ¡Responde, carajo! —grito.

Demián aprieta los dedos alrededor de su vaso.

— ¡No tienes por qué hacerlo! Pero aun te amo, cariño. ¡Maldición! no quiero que te pase nada. No voy a arriesgarme a que te maten y por eso tome la decisión de secuestrarte para alejarte de Federik. —Suena sincero. Resopla derrotado y lo veo caminar hacia mí, pero le advierto con la mirada que no se me acerque. Él detiene su andar y se sienta en uno de los sofás más cercanos a mí—. Amunett, no deseo estar así contigo. ¿Qué puedo hacer para que me perdones?