Vamos para las mazmorras del club, pero definitivamente no nos dirigimos a la mía. Al parecer él también es un Amo. Estoy haciendo lo que dije que nunca iba a hacer y eso ir en contra de las reglas que me impuse cuando llegue a este país, pero vez si cambio los roles no voy a quebrantarlas.
El hombre cierra la mazmorra con llave y se planta justo en frente de mí. Comienza a desnudarme lentamente y mi mente deja de maquinar lo que iba a poner en marcha. es la primera vez que dejo a mi cuerpo tomar el control de la situación. El vestido cae al suelo y sus ojos se me recorren de arriba a abajo. La satisfacción se alcanza a ver en su mirada gris y de pronto una enorme satisfacción recorre mi cuerpo. Él regresa su vista y la posa en mis senos. El aire que tengo en mis pulmones se escapa dejándome sin aliento.
—Tienes los pechos más exquisitos que he visto en toda mi jodida existencia, dómina —comenta excitado. Su voz es ronca y sexual. Es una combinación peligrosa para mis oídos. Si no fuera porque quiero ser suya le abofetearía en estos momentos. Odio a cualquier hombre que dice cosas así. No necesitan hacer ese tipo de cumplidos cuando solo van a follar con una mujer. Es simplemente estúpido que crean que eso va a hacer que nos rindamos a sus pies—. Cielo, sométete a mí y tendrás tanto placer que me rogarás que no pare nunca. No te imaginas cuanto tiempo he esperado a tenerte desnuda y gimiendo mi nombre.
Su voz se parece a ese hombre de las catacumbas y que no puedo olvidar desde esa promesa. Puede que sean el mismo, pero ahora lo importante es enfocarme en sus palabras.
¿Es lo que quiero en estos momentos?
¡Maldición!
Si lo quiero... ¡No!
No sé en qué pensar.
¿Es lo que deseas, Amunett? ¿Lo quieres hacer? ¿Estas completamente segura?, me pregunto.
Las preguntas no dejan de repetirse en mi cabeza una y otra vez. Debo de tomar una decisión. Tal vez el día de mañana puede que me arrepienta de jugar con fuego con un hombre que rompe cada una de mis reglas impuestas.
Mientras sigo pensando en una respuesta coherente y él se aleja de mi lado para ir en busca de algo. Abre un cajón del pequeño mueble de madera que hay en la mazmorra del inframundo. La curiosidad me quema las entrañas y se gira para que pueda verlo. Mis ojos se fijan en lo que trae en las manos y se me seca la boca ante lo que veo. En sus manos tienen dos pares esposas hechas de metal, una pluma y unas pezoneras.
¡Joder!
Los pezones se me endurecen al instante al ver aquellos juguetes. Es un hombre que sabe cómo excitar a una mujer antes del sexo. Lo único raro es, ¿para qué necesita la pluma?
Nunca he visto que otro Amo utilice algo así con sus sumisas o sumisos. Camina lento y sensual como un hombre poderoso y peligroso que sabe que tiene a cualquier mujer a su disposición cuando el chasque sus dedos. No puedo entender el hecho que me atrajera de esta forma tan primitiva es como si él ya conoce mi cuerpo y sabe es el único capaz de hacerme sentir plena con solo mirarme. Me parece una eternidad cuando le veo plantado en frente de mí.
— ¿Estas lista para suplicar, cielo? —Pregunta mientras pasa por mis pechos la suave pluma.
Un leve cosquilleo se extiende entre mis muslos hasta la planta de los pies.
Carajo.
Estoy acabada ante él si sigue tocándome de esa manera. Le voy a demostrar que no es el único que puede ser dominante aquí. También tengo mi arma más letal y es mi carácter fuerte.
—No soy de las mujeres que suplican por algo, señor Evanshen. Tomo lo que quiero y cuando quiero —respondo autoritaria—. No eres el único hombre que me puede dar placer. Así que si quiere tenerme tendrá que hacer un enorme esfuerzo porque no cualquiera puede jugar conmigo. Eso ya debe de saberlo. Creo que mi reputación en este lugar es muy conocida por los Amos y Sumisos.
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DOMINANTE SEDUCCIÓN ||AMOS OSCUROS #1||
RomanceAmunett Grove es una mujer controladora, posesiva y con un carácter explosivo. Ella ama su vida en torno a los clubs D/S (Dominación/Sumisión) pero llegó a su vida el dominante, posesivo e inteligente Kenneth Evanshen. Kenneth hará todo lo que esté...