DOMINANTE SEDUCCIÓN ||AMOS OSCUROS #1||

CAPÍTULO 33. SUYA POR AHORA

El corazón comienza a latirme con fuerza y mi piel se eriza. Siempre que Kenneth me besa hace pierda mi férreo control y parece que mi cuerpo le pertenece solo a él. De pronto deja de besarme y le veo respirar con dificultad es como si se estuviera conteniendo por miedo.

Realmente no entiendo que tiene.

¿Qué no debemos estar en este lugar para que él me someta a su voluntad?

- ¿Qué pasa, Kenneth? -Pregunto confusa y necesitada.

Creo que se está arrepintiendo de estar conmigo en la habitación.

Un gran suspiro de frustración sale de los labios del hombre que me tiene en sus brazos. Creo que por fin se ha decidido a contarme qué demonios le pasa por la mente y espero a que me diga para saber cómo podemos resolverlo.

-Por mucho que me guste poseerte aquí de todas las formas posibles. No voy a tomarte como mi Sumisa. Eres libre de hacer lo que quieras, Amunett. Solo una Dómina decide si desea hacerlo, pero eso ya lo sabes -espeta. Kenneth acerca sus labios en mi frente y deposita un ligero beso. Ese acto significa que le importo demasiado como para perderme o porque necesita hacerme sentir segura. Con Kenneth siempre me siento segura-. Si deseas quedarte a mi lado vas a ser la Ama que tanto admiro y vamos a jugar un poco. También hay una opción más... podemos irnos de aquí e ir a mi departamento a tener una cita -habla seductor.

¿Cita? ¿Kenneth habla en serio? ¿Si he escuchado bien lo que dijo?

Deseo quedarme aquí con él para probar los juguetes que cuelgan de las paredes o de los muebles metálicos que adornan la habitación. Tengo unas cuantas fantasías que quiero hacer con Kenneth y ese potro que descansa al fondo de la habitación.

Mmm. La infinidad de posiciones que podemos hacer, pero también quiero hacer algo diferente con Kenneth, pienso con la lujuria bombardeando mi mente.

He tomado mi decisión.

-Muy bien, Mr. oscuro. Acepto irme contigo. -Le sonrío. Mi respuesta parece ser satisfactoria ante los ojos de mi hombre. En poco tiempo voy a tenerlo de nuevo y sin corazas de hierro en su corazón-. ¿Qué vamos a hacer cuando lleguemos a tu departamento? -Cuestiono.

Él esboza una media y perversa sonrisa que me hace temblar.

-Es una sorpresa, señorita Grove -comenta divertido. Sus ojos desprenden picardía y mi libido asciende por los cielos por saber que me espera. Kenneth me tiende la mano mientras que aún estoy dudando sobre mi decisión. Muerdo mi labio inferior-. ¿Lista o es que ya se ha retractado por miedo, señorita Grove? -Me reta abiertamente.

Él sabe cómo hacer para provocarme y diga que sí sin pensarlo dos veces.

- ¿Crees que te tengo miedo, Evanshen? -Pregunto con ironía. Si hay algo que puedo presumir es que nunca he sentido miedo jamás de nada o al menos casi a nada. Le tomo la mano para confirmar que voy a salir del lugar junto a él. Ahora me siento totalmente interesada en lo que me tiene preparado Kenneth-. Espero que valga la pena lo que preparaste en tu casa o de lo contrario prepárate para sufrir, Kenneth. Créeme que puedo llegar a ser una verdadera maldita si así lo quiero. ¿Lo entiende, Señor Evanshen? -Advierto.

Kenneth me atrae a su pecho y sus ojos están en llamas.

-Me encanta cuando defiendes lo que es tuyo, cielo. Haces que me excite mucho y que se me ponga dura la polla con solo pensar que tienes planeado contra mí -susurra en mi oído.

Me estremezco ante su contacto y Kenneth parece notarlo enseguida porque me sonríe de manera satisfactoria.

Es un idiota, pero es mi idiota.