Tinta y sentimientos

Día cuatro: Malteada

Kagami miraba con mucha ilusión los cupones que Kuroko le había regalado esa tarde. Le servirían para su cita en Maji Burger con Aomine. Al parecer era la última semana para hacerlos validos.

Caminó a prisa al local, en donde ya se encontraba Aomine, quien le dio una sonrisa de medio lado cuando lo vio llegar.

-Hey, mira, Kuroko me dio estos cupones.

-Perfecto, no se como no estás en la quiebra con tanto que comes.

-Estoy en pleno crecimiento Aho, no te burles.

-¡Ja! Si claro.

Ambos entraron al local e hicieron fila para poder ordenar. Cuando llegó su turno Kagami sacó los cupones y se los entregó a la muchacha que atendía la caja.

Todo parecía estar bien hasta que...

- Lo siento, en este momento no funciona la fuente de sodas, pero podría hacerles válido un descuento para una malteada.

Kagami y Aomine se miraron mutuamente. Al final, sólo pidieron una malteada, puesto que a Aomine no le gustaba mucho lo dulce.

Al final pidieron todo para llevar, Pues habían acordado comer en un parque cercano.

Kagami miraba dudoso el vasito. Nunca había intentado probar las malteadas de Maji Burger, aunque Kuroko siempre insistía en que eran las más deliciosas.

Le dio un primer sorbo, y sólo eso bastó para que quedará fascinado.

-¡Delicious!

- ¡No hables en íngles cuando estás conmigo idiota!- Aomine lo miro feo, pero quitó la mala cara cuando Kagami le sonrió como un niño pequeño.

-¡Esta deliciosa! No le creía a Kuroko, pero realmente tiene muy buen sabor-Termino la frase e inmediatamente empezó a tomar un poco más de la malteada.

Aomine lo miro curioso, ahora realmente le interesaba el sabor de está. Intento quitarle el vaso, pensando en que compartiría con el incluso aunque no se lo preguntara, pero Kagami se alejó de el.

- ¡No te voy a dar! Tu pudiste haber pedido pero no quisiste- normalmente le hubiera compartido, pero es que estaba tan buena que quería tomársela sólo.

-Oh, con que egoísta Bakagami.

- Calla, si quieres vamos por una cuando acabemos-Le dio un sorbo más a la bebida.

Kagami al no obtener una respuesta, volteó para con su novio. Imaginó que se encontraba molesto, pero en cambio tenía unos ojos de depredador...y al parecer el era la presa.

-Bueno, No me dejas de otra más que probarla de otra forma.

Aomine lo tomó por los costados de su rostro y se acercó para besarlo, quiso reclamarle, pero salió peor, por que el moreno metió la lengua a su boca y acarició su interior.

Al final, cuando Aomine tuvo suficiente diversión, se alejó de un enojado pelirrojo, quien tenía las mejillas rosas.

-Tienes razón, estaba deliciosa.