Día nueve: Paradoja

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Ver jugar a Aomine junto a Kagami era como ver una explosión, todo era tan luminoso que te cegaba. La forma en la que jugaban esos dos era tan buena que era mala.


¿A que se referían con eso?


Los chicos jugaban muy bien por separado, y sabían hacer equipo juntos, pero cuando ambos entraron a Vorpal Swords, fue un completo desastre. Si de por sí ya  se centraban mucho en ellos  como ases en sus respectivos equipos, la combinación y pareja que hacían al jugar dejaba a los demás  completamente fuera.

Los demás pasaban a segundo plano, y aunque si obedecían a órdenes y cooperaban. Era como si sólo ellos existieran en la cancha.

Los demás de la generación milagrosa y algunos de los entrenadores de las preparatorias miraban la irreal escena sin emociones en su rostro.

Bueno... ellos habían nacido para brillar, pero ahora los estaban sumiendo a todos en una gran oscuridad.

-¡Ahhh! Ya sabes ahora que ese par no deben hacer equipo-Riko se expresó sin importarle que la escucharán. Sus pobres jugadores estaban bajos de moral por culpa de esos idiotas del basket.

- No hay mucho que hacer, después de todo están en esa etapa...

Los demás miraron a Momoi sin comprender, ella se puso tiesa, Oh, diablos, tal vez no debió hablar. Ahora había cabado su propia tumba.

-¿A que te refieres con eso?

-Bueno, un pajarito me dijo que ellos estaban saliendo.

Los demás parecían haber muerto en vida cuando terminó de hablar la pelirrosa, quien se le miraba resignada. Seguro que Dai-chan la regañaria por haber soltado la lengua tan rápido. 

Mientras todos pensaban en como ese par que siempre estaba peleando y compitiendo ahora salían.

Ahhh, al parecer se odiaban tanto que se amaban.

Tinta y sentimientosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora