Día doce: Paraíso

173 24 0
                                    

Siempre creyó que no existía algo como el paraíso, era poco creíble para el que existiera algo después de morir. Para Aomine la muerte siempre significó cerrar los ojos y dejar de existir.

Así que cuando murió por el impacto de balas en su pecho después de cubrir a una mujer en un asalto, pensó que lo único que vería seria negro completo y su conciencia se desvaneceria.


Pero al parecer ahora se encontraba en el cielo, era un lugar inmenso, muy hermoso, estaba lleno de color y se veía todo tan limpio y bonito.

Entonces, si existía algo después de la muerte...

¿El estaba ahí?

Busco por todas partes, y aunque el parecía el único en tener prisa, poco le importó que le viesen corriendo. Se dio cuenta de que estaba muerto nuevamente cuando su respiración no se agitó, no sudó ni una gota y su corazón latía suavemente dentro de su pecho.

Pero a pesar de que estaba tan tranquilo sentía que la esperanza iba a salir a gritos de el.

Fue entonces cuando en un estanque con tigres, panteras y demás animales al rededor, encontró a Kagami, mirando apaciblemente el agua cristalina y calmada.

-¡Taiga! Ya llegue...-No pudo decir nada más, por que el pelirrojo se lanzó a sus brazos. Aomine se sentía completo ahora, y agradecía por tal oportunidad. Ambos sonreían en los brazos del otro, se sentían tan dichosos.


Creyó que nunca volvería a ver a su esposo luego de que este muriera en un incendio hace 3 años. Y se alegro de haber estado equivocado por primera vez.


Después de todo no existía un paraíso si no estaba junto a el.

Tinta y sentimientosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora