Día quince: Hambre

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Habían estado entrenando toda la tarde en el gimnasio de Seirin, y ahora que eran de tercer año debían comportarse bien para dar el ejemplo a los más jóvenes, por lo que tanto Aomine como Kagami resistieron lo más que podían en entrenamiento y no intentaron escaparse a pesar de que tenían tanta hambre.

Fue evidente para Kuroko ver como esos dos ya ni coordinaban bien por entrenar sin haber desayunado. Y los demás miembros del equipo también escucharon en ocasiones pequeños rugidos provenientes de los estómagos del moreno y el pelirrojo.

Parecían un tigre y una pantera hambrientos.

Cuando al fin terminaron el partido entre los de primer año, se miraron mutuamente.

-Oigan, ¿y Kagami-senpai/Aomine-senpai?-los miembros de Too y Seirin más antiguos no dijeron nada al respecto. Ya sabían que la pareja había huido a la velocidad de la luz con tal de llenar esos agujeros sin fondo que tenían por estómagos.

- Olvídense de ese par, vamos a comer a un buffet mejor-La que lo sugirió fue Momoi, quien ya conocía a su menor amigo y sabía que se iría a comer aparte para tener más privacidad con su novio.

-¡ Si!-Nadie más volvió a preguntar por ellos, y se fueron caminando a un lugar cercano para comer.

Mientras tanto la pareja iba corriendo hasta el Maji Burger más cercano, cuando miraron por la ventana se quedaron observando la bandeja de una de las personas sentada al lado de la ventana.

Oh Dios, se veía tan deliciosa.

-Tengo tanta hambre que me comería 15 de esas- A Kagami ya le estaba recurriendo un hilito de saliva al imaginarse el sabor.

-Esta ves te superare Bakagami, ¡seré yo quien se coma 16 hamburguesas!- Aomine tenía los ojos brillando por la emoción de su nueva competencia.

- Menos charla y más acción.

Ambos entraron corriendo al local.

La gente se sorprendió al ver las órdenes tan grandes de comida, y se sorprendieron aún más cuando esos chicos fueron capaces de pagar.


Ellos realmente estaban locos de hambre.

Mientras comían, Aomine reflexionó acerca de lo duro que tendría que trabajar para mantener a Kagami siempre satisfecho, pero ver su cara tierna embarrada con salsa de tomate seguro valía la pena.

Tinta y sentimientosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora