Porque Jeon JungKook haría cualquier cosa para que nadie lo alejará de Lalisa Manoban. Y ella, simplemente estaba cayendo en un hueco en dónde se encerraba más y más.
Al final, todo estaba perdido, ya no había vuelta atrás. Ella ya era suya, y nadi...
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Ellas son malas.
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Sus sentidos estaban dispersados, el sentimiento de querer acabar con esta tortura era mucho para ella. Temblaba y se aferraba a su polera, el viento frío le daba una caricia a sus mejillas, mientras que su cabello bailaba contra esta. Caminaba hacía la figura con cierta paciencia en sus pies, sabiendo que no sería difícil pronunciar aquellas palabras cuando en toda tu vida aquellas personas que se encontraban riendo te han ayudado en tus altibajos.
Pero tu amor era más fuerte, pero las palabras de JungKook resonaban en su mente. Y no siempre tienen que tener razón, no siempre hay que seguir con la misma rutina. Y tal vez, fuera su culpa, estaría tan ciega como para dejar que todo se arruine nada más porque él se lo impone, Lisa se sentía tan confundida.
Aun así, después de que él le cantara la canción de sus sueños mientras que sus labios le daban una caricia en su cuello, no quedo nada más de ella. JungKook había hecho que durmiera sin ningún tipo de problema, y no hubo queja en ello. Inmediatamente se levantó esperando su cálido cuerpo, pero solo se encontró con una carta, en dónde él le decía que había tenido cosas que hacer. Lisa no tuvo otra opción que aceptar el regaño de su madre, siendo castigada al menos por dos días, ya que era la primera vez que Lisa desobedecía a las reglas habituales de una típica adolescente, y siendo sinceros, a tu madre no le gustaría saber que su hija llego a las siete de la tarde haciendo su preocupación más grave.
Ella lo entendía, y le prometió avisarle si estaba en casa de alguna amiga. Lisa había inventado tantas mentiras que se acostumbró a ellas, su madre le creía porque pensaba que su hija jamás sería capaz de hacer una tontería nada más que para estudiar e ir a lugares con sus amigos. Pero ella no podía negar que la veía alejada de sus amigos.
Todos veían como Lisa se apartaba, pero ella era la única que no lo notaba.
Vio que Rosé la miraba con curiosidad, pero sin dejar su sonrisa. Lisa recordó las palabras de JungKook, y ya no sabía si verla de la misma manera. Porque él era su novio, y jamás podría mentirle si ella lo quisiera, pero conocía a Rosé desde hace años, ¿no se habría dado cuenta que jugaban con ella?
—Lisaaaa, ¿qué haces? ¿por qué tiemblas? —rió Rosé, acostumbrada al extraño cuerpo de su mejor amiga.
Lisa apretó sus labios, apretando sus puños. La mirada de Jennie se posaba en ella, la incomodaba. Ella sabía que no tenía una buena relación con ella, incluso una vez tuvieron una fuerte pelea, pero muchos de sus amigos siempre hablaban con ella, buscaban sus consejos, y de hecho el día en el que Lisa comenzó a alejarse de ellos ninguno hizo caso porque estaban pendiente de los problemas de Jennie con sus chismes sexuales que para Lisa no era nada interesante. Tampoco la incluía en sus historias, y su novio se burlaba de su aspecto.
JiSoo y Rosé eran las únicas chicas que podría decir consideraba como ''las más cercanas'', porque ellas trataban de buscar la atención de la menor con estupideces, pero Lisa simplemente las ignoraba. Pero trataba de acercárseles, porque a veces se preocupaban, y más Rosé, quién a pesar de no mostrar muy bien sus emociones, ella la quería de alguna u otra forma.
