『VEINTIUNO』

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Mi primer deseo.    

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Al llegar al departamento, suspiró con desgana, regalo una mirada a casi toda la sala, había un montón de desorden por todas partes. En parte no podía defenderse ante tales acciones, pero ya habían pasado semanas desde que JungKook se había ido de viaje.

Ella había declinado ante su oferta, dispuesta a tener un poco de libertad por el momento. Ya que después tener que sufrir varios castigos por su inmaduro comportamiento, el miedo que trataba de ocultar hacia JungKook parecía querer gritarlo con todas sus fuerzas, y era imposible, de hecho, hacerlo en frente de él sería como condenar su vida, pero en una estaba segura.

Lisa sabe que JungKook no sería capaz de matarla. Solo pensarlo ocasionaba que sus dedos temblaran, pero no lo suficiente, decidió a tomar una ligera confianza en sí misma. No importaba lo poco que se amaba ahora mismo, no dudaba del amor de su vida.

Rió ante lo que sus pensamientos le creaban en su mente para perturbarla, era cómo sí hubiera una parte de ella que odiaba a JungKook con toda su alma, que deseaba llevarlo hacia un sufrimiento que su parte más normal amaba. Era incapaz de entenderlo, sin embargo, ella prefería dejarlo así.

Fueron unas pocas horas que pasaron cuando se fue a dar un baño. Miró su cuerpo desnudo en el espejo, en su cuello blanquecino con fuertes marcas rojizas sobre el color, sus muñecas de la misma forma, mientras que su muslo tenían la mordida que ya se había curado, por lo menos ya no se veían las costras. No estaba delgada, había ganado un poco de peso, pero no lo suficiente para considerarse de mucho peso, sus labios estaban resecos, quizás porque después de largas mordidas habían quedado así, ¿no?

Mirarse al espejo hace que cerebro vea los defectos de ella. Pero Lisa había aprendido a luchar con eso cuando estaba con JungKook, a que nunca su mente la controlara. Al mirar su vientre, de repente la imaginación de tener a alguien dentro la llevaron a abrir los ojos, frunciendo el ceño de repente.

Lisa nunca miró el futuro que tenía con JungKook, era incierto, no sabía sí tendría hijos, no sabía sí serían una familia feliz y normal. Aunque no había ni una pizca de cordura en el hombre que la había hecho suya. Lisa jamás lo había pensado, y era mejor no hacerlo. Termino de darse la ducha, y salió con pereza.

Sus amigas estaban ocupadas, al menos no una. Lisa sin darse cuenta había llamado a una de las viejas compañeras con la que ahora entablaba conversación. Jihyo era una chica que apenas estaba entrando a la Universidad, por lo que era una persona con experiencia propia de los males amores. Tal vez Lisa podría sacar un poco de consejos de ella.

JungKook no se enojaría, ¿cierto? No la conocía, pero no tenía por qué hacerlo. Lo pensó muchas veces y decidió no mandarle ningún mensaje, miró hacia las esquinas del techo, había cámaras. Se acercó con cautela a desconectarlas por un rato, Lisa suponía que JungKook estaría muy ocupado para vigilarla.

Jihyo la recibió con un abrazo, Lisa estaba un poco feliz después de todo, la chica había llegado con una energía que le alegro el alma. Hacía mucho que nadie la veía de esa manera.

A base de los acontecimientos, Jihyo se sentó preguntando sobre muchas cosas, Lisa rió ante sus ocurrencias y le ofreció el té, la joven de cabellos cortos lo acepto gustosa. Lisa sonrió un poco. Todo parecía normal.

Hasta que llegó el momento.

—No sabía que vivías en un gran departamento—alegó Jihyo, dándole una mirada larga al lugar, un poco sorprendida pero con una sonrisa puesta en su rostro—. ¿Tu mamá cómo lo compró?

❝ultraviolence❞ › liskook. ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora