Porque Jeon JungKook haría cualquier cosa para que nadie lo alejará de Lalisa Manoban. Y ella, simplemente estaba cayendo en un hueco en dónde se encerraba más y más.
Al final, todo estaba perdido, ya no había vuelta atrás. Ella ya era suya, y nadi...
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Porque tú eres mi único amor verdadero, princesa.
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especial.
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Sus pies saltaron sobre la nueve blanquecina, en sus labios carnosos se asomó una leve sonrisa. Había decidido darle una oportunidad a aquel clima tan inesperado que paso por su puerta, su madre estaría orgullosa de ella ahora mismo porque el miedo a la nieve había desaparecido de su vista y mente. Ahora la energía la tenía llena de tanta calma que volvió a saltar, los guantes sobreprotegidos en sus manos tocaron lo tibio que estaba al contrario de lo que se veía, y Lisa soltó una risa cálida de su garganta.
Tenía tantas ganas de hacer muchas cosas, e incluso hacer muñecos de nieve. Pero ahora se tendría que conformar con nada más que dar saltos. Desde que se enteró de que su madre tenía exceso de trabajo en la época navideña, no tuvo otra opción que quedarse en casa a esperar a que la tormenta tuviera un descanso, para Lisa no era gran cosa, pero era magnifico ver la noche combinaba con las luces navideñas tan coloridas.
Mientras que miraba hacia el árbol de la gran plaza de Seoul, porque el único problema que Lisa tenía, y lo que hacía que su inocencia fuera más cuestionable... es que ella creía en cualquier cosa, su madre jamás le desmintió nada, estaba ilusionada con que su Santa llegará a su puerta para desearle una Feliz Navidad. Ella había pedido unas cosas simples y coloco su carta en la punta del árbol de su casa, en la que había puesto tanto esfuerzo en decorar.
¿No estaba mal creer en Santa verdad?
Suspiró llevando un pedacito de nieve hacia la cafetería, dándole una mirada pequeñita a la figura masculina de su novio, el amor de su vida, el que hacía que todo de ella cayera como una flor embriagada por su aura, tentativa a cada toque que veía en él. Con una camiseta negra ajustada a su increíble y formidable cuerpo, su cabello azabache cayendo sobre su frente. Lisa se dio cuenta que no hizo esfuerzo en peinarlo, pero no importaba porque lo hacía ver más hermoso, además de cargar una chaqueta de cuero, sus guantes y botines.
No le sorprendía que todo lo que se ponía JungKook se le veía tan perfecto. Su mirada tan deseada contacto con la suya, su mandíbula se apretó y volteó de nuevo para fiarse en la diminuta fila y molesta. Lisa podía leer en la expresión de su novio que le molestaba mucho estar rodeado sobre personas y mujeres encantadas con su atractivo, sin embargo se sabía que lo hacía por Lisa y nada más que por Lisa.
Y eso la hacía feliz. Más que feliz, pasar una Navidad con Jeon JungKook era como un sueño, un buen regalo que Santa le había obsequiado de manera humilde. La energía paso por su cuerpo de nuevo y estaba dispuesta a saltar sobre la nieve, a Lisa ya no le importaba mucho que las personas la vieran de manera extraña, estaba mucho más concentrada en divertirse y ser feliz.
