Jeon.
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Cuando JungKook tenía cinco años, había presenciado como su padre lanzaba carne humana a los grandes perros que él poseía.
Lo encontraba terrorífico, su padre era una persona muy fría y calculadora, tenía cierta admiración pero miedo al mismo tiempo. Aun así, cuando se trataba de su pequeño niño, hacía cualquier cosa para consentirlo. En el momento que vio la reacción de su padre al ver como tomaba piel humana de una bolsa negra, supo que su padre no quería que JungKook fuera cómo él.
Sin embargo, a él no le importaba mucho, ser como lo demás, no tenía planeado eso. Su padre siempre le decía que una persona tenía que ser única, tenía que ser inteligente y astuta, que el mundo era nada más una prueba fallida de que cometíamos errores y nunca los resolvíamos. JungKook no quería ser así, quería enorgullecer a aquella persona que se encontrara abajo o arriba.
Su madre era un ángel con él, las épocas de Halloween eran más fuertes en cuanto a las noticias de asesinatos frecuentes en Busan. Pero la familia Jeon era tranquila, traicionera al mismo tiempo, pero inteligente. El pastel colocado en frente de su hermana confirmo como a ellos sí les importaba su familia.
O eso él creía.
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El niño de rulos negros se posó en frente de los juguetes de JungKook. Bufando buscando la forma de no hablarle a nadie —porque casi siempre no sabía cómo evitar a los chismosos que se le acercaban—, evito mirar con asco a aquel niño.
—Oye, no me ignores. —pidió el niño.
JungKook lo miró receloso, otra vez mirando hacia todas partes para buscar otra cosa más interesante que mirarlo.
Pero a sus nueve años, el interés de JungKook por hacer maldades para impresionar a su abuelo dejo al querido niño de rulos impresionado. Quería estar cerca de él, deseaba hacer cosas malas justo como JungKook lo hacía, aquellos ojos grises demostraban algo que lo dejaban analizarlo por un buen tiempo.
—¿Qué es lo que quieres? —frustrado, cargo todos sus juguetes alejándose de él, pero el niño no se rindió.
—Quiero que me enseñes.
—¿Enseñarte qué?
Señalo hacia al animal muerto. A JungKook se le olvido quemarlo. Volvió a mirar al niño en frente de él, no demostraba miedo, no estaba asustado.
¿Enseñarle?
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Cuando JungKook cumplió los diez años, su padre estaba disparándole a un tipo.
''No era un tipo bueno'', le había dicho él. Su padre le decía que buscaba acabar con todos los tipos malos que existían en el mundo, o quizás las personas que se dignaban a desafiarlo. Su madre, quién era una hermosa mujer de ojos azules, miraba con una clase de desprecio al hombre que pedía ayuda.
Se preguntaba porque su mamá no era como las mamás de sus compañeros. En ningún momento lo aparto de la escena que estaba viendo, en ningún momento mostro signo de preocupación o trauma. Parecía que su mamá está acostumbrada a ver como su padre hacía aquellas cosas malas.
Con más razón, fue rápidamente hacia el bosque, busco al animal que había matado junto con TaeHyung. Arrastrando con una sonrisa en su rostro, su madre no pudo evitar soltar un jadeo cuando miró su delgado cuerpo con un gran animal más grande de lo normal. Estaba sudado, cansado y un poco débil, pero quería ver a su padre orgulloso de él.
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❝ultraviolence❞ › liskook. ✔️
Mistério / SuspensePorque Jeon JungKook haría cualquier cosa para que nadie lo alejará de Lalisa Manoban. Y ella, simplemente estaba cayendo en un hueco en dónde se encerraba más y más. Al final, todo estaba perdido, ya no había vuelta atrás. Ella ya era suya, y nadi...