Porque Jeon JungKook haría cualquier cosa para que nadie lo alejará de Lalisa Manoban. Y ella, simplemente estaba cayendo en un hueco en dónde se encerraba más y más.
Al final, todo estaba perdido, ya no había vuelta atrás. Ella ya era suya, y nadi...
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¿Por qué? ¿Qué hizo ella mal?
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En cuanto aparcaron, Lisa jugo con sus dedos, dándole un reojo al formidable cuerpo de su novio, quién mantenía su mirada en su celular, con un rostro serio y sin interés, manteniendo su otra mano en el volante. Lisa se preguntó cómo es que JungKook era tan hermoso, siempre tenía un aura intimidante, que hacía que muchos sintieran escalofríos con solo ver la mirada tan oscura que él emitía, y no era para mucho, ella lo sabía porque después de las caricias que le había brindado, recibió una mirada terrorífica venir de él.
Solamente había pedido irse a su casa, pero la insistencia de JungKook fue más para ella, no pudo decirle que no. Por lo que tuvo que decirle a su madre por una llamada que cayo directamente a buzón que se quedaría en la casa de una compañera para hacer mucha tarea, no sabía si lo creería, pero ya su madre no le da tanta importancia a su hija como para saber en dónde estaba y porque siempre era así todos los días.
Habían cocinado, JungKook le hizo la cena mientras que trabajaba en su laptop, con sus lentes puestos y su pecho desnudo con Lisa a su lado, sintiéndose tan cálida y llena de vida al tener una vida tan amorosa y bella con él, al ver como JungKook se dedicaba a cuidarla, a bañarla después de cometer aquel pecado, y besarla susurrándole cosas bonitas que la hacían sentir feliz. Había dormido muy bien.
A la mañana siguiente, le plancho su uniforme, peino su cabello, le dio besos en su mejilla y le hizo el desayuno, Lisa deseaba que todos los días fuera así, deseaba tener para siempre a alguien como su novio, tan caballeroso y quién se preocupaba en los detalles como ese. JungKook le decía que se tenía que poner muy bonita para él, y que no dejara que ningún otro chico se acercara a ella. Lisa rió porque pensaba que eran unos simples celos, JungKook raramente era celoso, por lo que lo dejo pasar.
Lo dejo pasar.
—Me voy, oppa. —dijo con un susurro, mirando como algunos se le quedaban mirando al gran auto negro que portaba su novio por dentro.
En realidad no quería que nadie se diera cuenta que ella estaba en el carro, no le gustaba demostrar que tenía un novio que era el hombre más rico de toda la ciudad y que podía hacer lo que quisiera con su vida, como comprarle cosas pequeñas como maquillaje, entre otra cosas. Ella no era esa tipo de persona, además muchos en su escuela inventaban rumores malvados y ella preferiría pasar desapercibida en todo ese tema.
El cuerpo se removió contra el asiento, dedicando su mirada hacia quién su hermosa y linda novia. Lisa estaba un poco intimidada por él, no estaba tan cómoda con sentirse tan pequeña. Bueno, casi la mitad del tiempo ella se sentía como un ratón siendo cazado por un gato cada vez que el silencio abunda en JungKook y ella, era extrañamente satisfactorio pero extraño.
—Bebé, asegúrate de comer lo que te preparé ¿sí? —JungKook le besó su frente mientras que acariciaba su mejilla—. Tu leche está en el otro bolso.
