Alerta bebé.

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Me levanto de la silla y me cuelgo la mochila al hombro cuando una mano agarra la mía y me estira hacia afuera.

Me doy cuenta de que es Pol.

- ¿Qué haces? - Le pregunto sorprendida.

- Ahora somos amigos, ¿no? - Me pregunta sonriendo.

Yo ruedo los ojos y él sigue estirándome cuando noto que paramos de golpe pues Geri nos impide el paso y empieza a hablar.

- Vida paradisiaco-pastoral... - Va diciendo él mirando el móvil. - No sale nada.

- Quiere decir que estamos apalancados y no nos esforzamos. - Propongo yo.

- Por eso nos quiere poner cachondos con el poema porno. - Oigo la voz a mi espalda y me giro para encontrar a Marc Vilaseca.

- Cuidado, no es lo mismo la pornografía que el erotismo. - Vuelvo a hablar.

- Merlí me encanta tíos y... tía. - Le miro con una ceja alzada. - La idea de hacer trampas es... quiero más horas de Merlí.

- Calma, calma Geri. - Le dice Pol.

- Las tías se han quedado flipadas cuando he recitado Shakespeare. ¿O no Gabi? - Dice Marc.

- Debo admitirlo. - Digo levantando las manos en señal de rendición. - Nos has recordado a Leonardo DiCaprio.

Después de decir eso río.

- ¿Qué dices? - Pregunta Pol.

- Venga ya. - Dice Geri.

- Vas a una tía y le dices:
Pinto mis años con la belleza de tus días...

- ¿Y qué? - Pregunta Pol.

- Se le caen las bragas. - Digo yo.

- Te la follas seguro. - Dice Marc.

- Pensará que eres marica tío. - Dice Geri.

- Eso. - Dice Pol mientras choca con Gerard.

- Pues yo soy una tía y me gusta, no pienso que seas marica. - Digo sinceramente.

- ¿Enserio, ahora mismo follarías con Marc? - Me pregunta Geri.

- Tanto como eso no pero... gana puntos.

- Claro, a las chicas hay que darles algo más. - Vuelve a hablar Marc. - Hay mucha competencia.

- Sí, como Merlí que debe follar a saco. - Dice Pol.

- Sí, mira quien habla. - Dice Geri. - El que cada tarde va a la peluquería de la madre de Berta.

- Ya - Dice Pol mientras nos acercamos a las escaleras. - pero las visitas a la peluquería de su madre se han acabado.

Nos quedamos en silencio unos segundos hasta que Marc vuelve a hablar.

- ¿Habéis roto?

- No, todavía no pero me taladra mucho. - Confiesa Pol. - Todo el día amor, mi amor, cariño... En serio, que plasta macho.

Se acerca Ulises y pasa su brazo por mis hombros, mientras subimos todos las escaleras una mujer, supongo profesora pasa en sentido contrario y Pol le saluda.

- Hola Laia.

Los cuatro, incluidos mi hermano se quedan mirando a la mujer que acababa de pasar.

- Esa sí que está buena. - Dice mi hermano.

- Es un avión de combate. - Dice Pol.

- Me la follaba aquí mismo. - Dice Marc.

- Joder, se nota que tenéis respeto. - Digo rodando los ojos.

Gabieleven (Pol, Joan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora