No te vayas.

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He estado todo el día en mi habitación encargándome de mi blog, sola y aburrida.

He subido las fotografías que hicimos en el parque, he visto series, he leído, me he puesto a hacer bocetos...

Ayer no estuve bien y al llegar a casa me tomé el hierro pero mi madre no me deja salir de casa.

Estoy lo suficientemente bien como para ir a clase pero me encuentro entre las cuatro paredes de mi habitación, haciendo nada más que aburrirme.

Oigo la puerta de la entrada y voy poco a poco.

- Menos mal que has vuelto Ulises, no aguantaba más aquí sola. - Le digo abrazándole.

- Nos han dicho que dentro de poco haremos una excursión al cosmo caixa. - Me dice apartándose de mi abrazo y haciendo que me siente en el sofá. - Te vas a poner fuerte y vendrás. ¿A qué sí?

- No quiero estar aquí. - Le digo poniendo morritos. - Porfi, ayúdame a convencer a mamá.

- ¿Y si llegas a desmayarte? - Me pregunta preocupado. - No sabría que hacer, me pondría muy nervioso y no quiero saber que puede llegar a pasar.

- ¿Y si me vuelvo loca aquí dentro?

- Mamá me va a matar.

- ¿Eso es un sí? - Le pregunto sonriendo. - Tengo las pilas cargadas, estoy a tope.

- Sigues demasiado pálida. - Me dice mi hermano poniendo una mano en mi mejilla. - No sé yo.

- Es que con un día no me voy a curar del todo pero yo siempre estoy pálida, solo necesito salir a tomar el aire. - Le digo con ojos de cachorrito.

- Las mujeres hacéis conmigo lo que queréis. - Comenta Ulises.- Anda, ve a cambiarte.

- Espera, ¿A qué te refieres? ¿Qué ha pasado hoy? - Le pregunto curiosa.

- Nada, no me hagas caso. Ve a cambiarte que si no no tendremos tiempo. - Justo cuando acaba de hablar se vuelve a abrir la puerta de la entrada. - Ya no hay tiempo.

- Hola, ¿Cómo estás? - Me pregunta mi madre basándome la frente.

- Aburrida y agobiada aquí dentro, ¿Puedo salir?

- No. - Ese no es tan rápido y seguro, que dudo que cambie de opinión.

- Mañana voy a clase. - Le susurro a mi hermano.

- ¿Qué?

- En cuanto se vaya mamá me visto y voy.

- No seas tonta, aprovecha y quédate en casa. - Me dice Ulises incrédulo.

- No puedo.

- ¿Qué harás? ¿Necesitarás ayuda?

Sonrío al oír las palabras de mi hermano.

- Eres el mejor.

[...]

Mi plan está en marcha, he ido a desayunar como siempre y he vuelto a subir a mi habitación.

Cuando oigo la puerta de la entrada cerrarse sé que es Ulises y me dirijo al balcón.

- ¿Lista? - Me pregunta mi hermano desde abajo sin hacer mucho ruido.

Yo asiento y él me tira las llaves de casa y me enseña las llaves del coche de mis padres.

Al coger las llaves lanzadas por Ulises vuelvo a mi habitación y me meto en la cama. No pasa mucho tiempo cuando mi madre entra.

Gabieleven (Pol, Joan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora