El premio

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Despierto otro día más gracias al sonido de mi alarma, me levanto, me estiro, cojo mi ropa y entro en la ducha.

Me quedo un poco de tiempo bajo el agua caliente hasta que decido salir y me visto.

Me quedo un poco de tiempo bajo el agua caliente hasta que decido salir y me visto

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Entro a la cocina, cojo una manzana y me apoyo en la encimera.

- ¿Qué pasa sister? - Pregunta Ulises entrando en la cocina.

Observo como coge él también una manzana la tira al aire y vuelve a cogerla.

- Pareces estar feliz. - Le digo a mi hermano. - ¿Algo o alguien que te haga estar así?

- Sí, tu. - Dice acercándose para abrazarme.

Yo le aparto en seguida y pongo mi mano en su frente para tomarle la temperatura.

- ¿Qué haces? - Me pregunta él apartando mi mano de su frente.

- No estás enfermo, - digo pensando. - Entonces quieres algo. ¿Qué quieres?

- Naaaaada. - Dice alargando la primera a, suena su móvil y se va enseguida a cogerlo, todo es muy extraño.

Reviso yo también mi móvil y me extraño al no ver ningún mensaje de Juan, supongo que nos iremos distanciando lentamente. Tampoco tiene que desearme suerte cada mañana. ¿No?

Acabo de desayunar y me voy al baño a lavarme los dientes, cojo la mochila y me acerco a la habitación de mi hermano. Oigo desde detrás de la puerta que está hablando con alguien.

- Ulises. - Le llamo desde detrás de la puerta. - Vamos, llegaremos tarde.

Suena el timbre y voy a abrir. Me encuentro una gran sorpresa.

- ¿Qué haces aquí? - Le pregunto apoyándome en la puerta.

- Tengo que contarte algo y no podía esperar. - Me dice el de los ojos verdes. - Ayer fui a la peluquería de la madre de Berta.

- Hostia. - Salgo de la casa y cierro la puerta. - ¿Y qué pasó?

- Pues fui siguiéndole el juego, le dije que se lo había dicho a mi padre y que él nos ayudaría, que iba a decírselo a su madre para que estuviese al tanto... - Empieza a contarme él encendiendo un cigarro. - Ella se puso nerviosa y me lo confesó. Pero le tendrías que haber visto la cara.

- Ya me la imagino. - Él me ofrece una calada pero la rechazo.

- Empecé a decirle de todo lo que se me ocurrió, hija de puta... No se un par de cosas. Y ella me sale con que yo también le he mentido diciendo que estaba enamorado de ella solo para follar, puede que tenga razón pero no es lo mismo joder, no compares.

- Por eso tienes que tener cuidado. - Le digo sinceramente.

- Ya. Bueno total, que tuvimos una bronca de narices, me desahogué y corté con ella definitivamente.

Gabieleven (Pol, Joan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora