Sus cosas.

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Estoy hablando con Aurèlia y Joan en el salón, él está con un auricular en su oreja y pegando golpecitos al ritmo de la música en mi rodilla.

- No sabía que tus padres te habían echado de casa. - Me dice Aurèlia ahora que ambas hemos cogido más confianza y me sorprendo porque yo no le he comentado nada.

- Mamá. - Dice Joan dejando la música a un lado y poniéndose alerta.

- Si te molesta hablar de esto, no pasa nada. - Me dice ella. - Solo es curiosidad, para conocerte mejor.

- No, solo es que me ha pillado desprevenida. - Digo fingiendo una sonrisa tranquila. - No es que me echaran, en parte fue mi decisión.

- Y, ¿Cómo fue? - Me pregunta curiosa.

- Mamá. - Vuelve a decir Joan y yo pongo mi mano sobre la suya.

- Por una estupidez. - Digo mirando a la nada.

- O por un estúpido. - Me dice Joan enfadado y me hace reír.

- O por un estúpido. - Repito las palabras de Joan. - Te noto furioso, ¿Has tenido algún problema con él?

- Es que empatiza mucho. - Dice Aurèlia contestando por su hijo.

- Hola. - Levanto la mirada al oír la voz de Jaume y lo veo entrar en la sala.

- Hola. - Respondemos Aurèlia y yo.

Joan me coge la mano y me estira hacia su habitación, sin decirle nada a su padre.

En parte me da pena, supongo que ahora que no tengo relación con mi padre lo echo de menos y no me gustaría que le pasara a otra persona.

Al estar dentro cierra la puerta de un portazo y nos quedamos en silencio, mirándonos a los ojos.

- ¿Te acuerdas del día de la fiesta? - Me pregunta rompiendo el silencio pero sin romper el contacto visual.

- Como no acordarme, me diste un susto de muerte. - Le digo recordando aquella noche, la noche en la que besé a Pol, la noche en la que pensé que lo tenía todo, la noche en la que casi pierdo a mi amigo.

- Te dije que no me acordaba, - Dice y hace una pausa. - Te mentí, me acuerdo y siempre me acordaré de que iba tan borracho que sentía que podía hacer lo que fuera. Me atreví por eso.

- ¿Te atreviste a qué? - Le pregunto temiendo la respuesta.

Sus ojos están vidriosos, muestran sus sentimientos, su miedo, sus ganas de soltar todo lo que tiene guardado dentro.

- A decirte lo que sentía y tú me dijiste que querías a otra persona, yo lo acepté y no paro de culparme por tus llantos, por todas las noches que has estado sin dormir, por no poder estar allí. ¿Sabes lo que tendría que haber hecho? Tendría que haber insistido, no para ser una pareja feliz, para que no hubieras estado con Pol, para que no te hubiera hecho daño y para poder estar allí para ti. - Mientras él me habla yo no digo nada, solo miro sus ojos cristalinos de los que caen pequeñas lágrimas. - Quizá la borrachera no me dejaba expresar bien lo que siento y, si me permites voy a hacerlo.

Él calla para esperar mi respuesta pero no puedo hablar, no quiero abrir la boca para que de mis cuerdas no salga una voz rota, no me gusta verlo llorar así que solo asiento con la cabeza.

- Bueno, - Suelta aire y empieza a hablar. - Quiero que sepas que pienso en ti, estaría horas hablando contigo, te observo para sentirme mejor y no te das cuenta, me gustaría que viajemos juntos y, los viernes pienso: mierda, hasta el lunes no la veré. También quiero que sepas que daría mi vida por ti y estaría feliz con un simple beso y con verte sonreír las veinticuatro horas de cada puto día.

Gabieleven (Pol, Joan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora