Traición.

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Llego al pequeño piso en el que vivo ahora después de hablar y comer con mi hermano. Subo las escaleras lentamente, cansada de estar quitando chicles del suelo.

Abro la puerta con mi juego de llaves. Ahora que lo pienso, sigo teniendo las llaves de mi casa pero no creo que las vaya a devolver.

Al entrar al piso dejo mis cosas en el mueble de la entrada y me dirijo a la cocina a beber agua.

Empiezo a cantar en susurros con el silencio de fondo mientras cojo un vaso.

- Qué bien cantas. - Me sorprendo tanto al oír la voz que dejo caer el vaso haciendo que se rompa en mil pedazos.

- ¿Qué coño haces Óscar? - Digo agachándome a recoger los pedazos de cristal del suelo.

- Lo siento, - Me dice riendo y ayudándome a recoger los cristales. - te he visto tan concentrada que me ha parecido gracioso.

- Sí, pues ni puta gracia. - Digo tirando el cristal a la basura.

- Perdona, oye, ¿No está Pol contigo? - Me pregunta.

- No, yo estaba con mi hermano y él se ha ido con Berta a estudiar. - Digo repitiendo la acción que tenía pendiente hacer.

- ¿Sabes lo que hacían cuando quedaban para estudiar? - Me pregunta con una ceja alzada.

- Una relación se basa en la confianza. - Le digo dirigiéndome al salón y sentándome en el sillón.

- Claro. - Dice él imitando mi acción. - Me aburro, ¿vemos una peli?

- La que quieras. - Me limito a responder revisando mi teléfono móvil.

Nada, ni una llamada ni un mensaje, de cada vez estoy menos solicitada. Al menos antes mis padres me llenaban la memoria de mensajes aburridos y repetitivos, Barto también me llamaba y me sentía importante en ciergo modo, pero ahora nada.

- Ya, te ofrecería palomitas pero el presupuesto es el que hay. - Me dice Óscar.

- Claro, tranquilo. - Digo alejando mis pensamientos y mi teléfono móvil.

A medida que va avanzando la película y a medida que va anocheciendo solo puedo pensar una cosa, ¿dónde está Pol?

Como si Dios me oyera empieza a sonar una melodía, no es mi móvil, es de Óscar.

- Mira, es una videollamada de Pol. - Me informa así que me acerco para cotillear.

Cuando la imagen aparece ante mis ojos no me lo puedo creer, yo confiaba en él, y en ella.

- Hostia, lo siento. - Se disculpa Óscar intentando apagar su teléfono.

- No, mejor enterarse ahora. - Digo levantándome y dirigiéndome a la habitación recogiendo mis cosas intentando ahogar mis sollozos sabiendo que aunque me prohíba llorar las lágrimas saldrán por las noches.

- No te vayas y menos así, hay coches fuera y tú... - Me habla Óscar apareciendo detrás de mí.

- No me vengas con cuentos, todos los Rubio sois unos hipócritas. - Le corto.

- No... - Quiere hablar pero vuelvo a interrumpirle.

- ¿No? ¿Me vas a negar que no quieres que me vaya porque prometí pagar un alquiler? - Le digo cogiendo mis cosas y saliendo del piso. - Dile a Pol que se vaya a tomar por culo.

Y con la cabeza bien alta salgo a la calle, esquivando a la gente y pensando donde ir.

Mi casa la descarto enseguida y me quedan dos opciones. Opto por ir a casa de Tània porque no sé dónde vive Marc y ahora mismo necesito hablar con una chica.

Gabieleven (Pol, Joan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora