Sentí la cálida y fría brisa recorrer mí cuerpo. Fui despertando lentamente. Eran las seis de la madrugada, me puse de pié con pereza gracias al desvelo. Ayer me quedé hasta muy tarde revisando guías.
Di un suspiro y sin seguir dándole vueltas al asuntos, fui a darme un baño, con una refrescante agua caliente, pasaba mis manos lentamente por mi cuerpo para enjabonar cada zona. Al menos me causaba relajación, que por cierto muy pocas veces tengo.
Luego de finalizar, me puse una camisa negra acompañado de una corbata y unos ajustados pantalones del mismo color de la susodicha. Ya que siempre están recalcando que debemos ir de manera formal, porque debemos dar el ejemplo a los pupilos. Pero lo hacemos obligatoriamente porque es parte del reglamente.
Después decidí ir por un café, son mi fascinación por las mañanas. Bajé por las escaleras en dirección a la cocina, mis ojos primeramente se encontraron con Nora, mí dulce gatita. Sin poder resistirme e ir a lo que iba, me quedé acariciando a la felina por unos minutos, para después ir finalmente a preparar mi delicioso y deseado café.
Con la taza en mis manos, fui hacía el balcón y abro la puerta dejándome ver la gran y hermosa ciudad en la que estaba, la vista era demasiado agradable para mí. Por lo que venía siempre antes de partir al colegio.
Al terminar mi café, salí del balcón que poseía mi habitación y fui hasta mi cama para ordenarla, al igual que tuve que hacer lo mismo con todo lo que estaba fuera de lugar.
Vi nuevamente el reloj, ya había pasado media hora, era bastante temprano. Por lo que decidí irme antes.
Bajé nuevamente para partir, de pasada me despedí de Nora y salí de casa. Fui hasta mi auto, que se encontraba estacionado. Era de un color Rojo intenso, después abrí la puerta para luego partir finalmente al trabajo.
Aproximadamente en unos quince minutos ya me encontraba frente al colegio, dejé el auto estacionado, para luego bajarme y dejarlo con alarma, por la seguridad.
Entré a la escuela y enseguida me dirigí a la sala de profesores, para poder dejar mis pertenencias.
Toqué la puerta dos veces dejando ver a Kyungsoo frente a mí con una sonrisa en sus labios haciéndose a un lado para dejarme pasar.
- Hola profesor, Im. - dijo amablemente.
Sólo hice una reverencia y pasé sin decir ni una sola palabra. Siempre suelo ser cortante y serio con mis compañeros de trabajo, nunca me ha gustado establecer algún tipo de confianza o amistad con ninguno de ellos, suelo ser bastante reservado, generalmente suelo ser así siempre.
Llegué a los casilleros. Dejé mis pertenencias adentro y lo cerré para irme, obviamente no sin antes de colocar la contraseña.
Que por cierto es el nombre de mi adorada gata.
Agarre el libro de clases y decidí en irme, pero una voz me interrumpió antes.
- Profesor, Im. ¿Porqué no se queda un poco más? Es temprano aún. - dijo un sonriente Mark.
No disimulé el desagrado que me causó su oferta, porque yo venía a trabajar. No para hacer otro tipo de cosas.
Suspiré hondo antes de responderle.
- No vengo perder mi tiempo aquí, prefiero hacer lo que me corresponde.
Mi voz fue cortante, todos me miraron un poco sorprendidos por mí pesadez. Pero sabían mi carácter y lo que pensaba respecto a eso. Mark sólo asintió y siguió hablando con los demás.
Salí de allí para irme finalmente al salón.
Al entrar lo primero en lo que me fijé es en un cierto castaño que dormía apoyado en la mesa, dejé mis cosas en mi propia mesa y caminé hasta él.
Puse mi mano en su hombro para removerlo.
- Youngjae, ¿Estás despierto? - dije suevemente.
- ¿Mh? - dijo levantándose mientras tallaba sus ojos.
Hice una mueca de desagrado moviendo mi cabeza negativamente.
- ¿Acaso nunca entenderás que el colegio es para estudiar y no para dormir? - pregunté serio y ya harto de la misma situación.
Youngjae tragó en seco y se enderezó al instante.
- Lo siento, profesor Im. No volveré hacerlo. - dijo en voz baja agachando su cabeza.
- Está bien, espero que no. - me acerqué un poco más observando su rostro que reflejaba cansancio y debajo de sus ojos tenía unas grandes ojeras.
Realmente nunca he opinado pero, ¿Porqué siempre llegaba a esta hora solamente para dormir?
- Youngjae, ¿Porque siempre estás tan temprano aquí? Me imagino que sabes que no hay ningún estudiante a esta hora a excepción de todos los que trabajan aquí.
- Claro que lo sé... - dijo casi para sí mismo, pero logré escucharlo.
- ¿Entonces? - alcé un poco más la voz.
Negó levemente con su cabeza.
- No, nada profesor Im. Lo siento, yo...ya no volveré a dormir. - me miró directamente a los ojos, realmente se notaba decaído.
¿Debía tomarlo normal? Desde que soy profesor de Youngjae ha tenido esa actitud. No sé si debería preocuparme, es que tampoco es normal.
Desvíe la mirada y me fui a sentar sin decir nada más. Igual no sacaba mi vista en Youngjae, su batalla para no quedarse dormido era algo que me ¿Preocupó? Aún más.
Miré hacía el puesto del frente, por lo que se me ocurrió rápidamente en sentarlo frente mío.
- Youngjae, toma tus pertenencias y ven a sentarte aquí. - dije al instante cuando se me pasó por la cabeza.
Me quedó mirando fijamente.
- ¿Porqué? - dijo con una voz dudosa.
- Porque siendo tú profesor, soy yo el que te manda, no tienes nada que preguntar y solo debes acatar mis órdenes. Así que ven, toma tus cosas y siéntate.
Youngjae sólo asintió levemente, se paró de su asiento seguido de un bostezo y tomó sus cosas para venir hacía el puesto que le asigne frente mío.
- Listo, profesor Im. - dijo sin ninguna expresión en su rostro.
Realmente me estresa cuando alguien actúa de una manera que refleja algún malestar, pero aún así dicen que no pasa nada.
- Profesor, ¿Puedo ir a tomarme un vasito de leche que hay en el casino? - me miró con súplica.
Arquee una ceja mirándolo fijamente.
- ¿Acaso tú madre no te dió desayuno antes de venir? - dije, apoyándome en la mesa.
Youngjae no dijo nada, pero sus ojos se le estaban colocando rojos por las lágrimas que empezaba a contener. ¿Habré dicho algo malo?
- Youngjae, ¿Pasa algo?
El sólo negó en silencio.
- Bien, anda al casino y ve por tu leche. Pero regresa antes que las clases comiencen. Desayuna tranquilo, buen provecho. - dije con mi voz ya más suave.
- ¡Gracias, profesor! Ya vuelvo. - se levantó de su puesto para después dedicarme una gran sonrisa y se fue.
Quedé sólo nuevamente en el salón, pero pasmado, nunca había visto una sonrisa tan...brillante y única.
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Bueno, voy a empezar de nuevo. Intentaré hacerlo rápido y poder avanzar en donde realmente nos habíamos quedado.
Gracias infinitas por el apoyo.
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Mí Ángel || 2JAE ✓
Fanfic❝ 𝐼𝑚 𝐽𝑎𝑒𝑏𝑒𝑜𝑚 𝑒𝑠 𝑒𝑙 𝑝𝑟𝑜𝑓𝑒𝑠𝑜𝑟 𝑑𝑒 𝑌𝑜𝑢𝑛𝑔𝑗𝑎𝑒, 𝑑𝑒𝑏𝑖𝑑𝑜 𝑎 𝑙𝑜𝑠 𝑒𝑥𝑡𝑟𝑎ñ𝑜𝑠 𝑐𝑜𝑚𝑝𝑜𝑟𝑡𝑎𝑚𝑖𝑒𝑛𝑡𝑜𝑠 𝑐𝑜𝑚𝑖𝑒𝑛𝑧𝑎 𝑎𝑐𝑒𝑟𝑐𝑎𝑟𝑠𝑒 𝑎𝑙 𝑚𝑒𝑛𝑜𝑟 𝑐𝑜𝑛 𝑙𝑎 𝑖𝑛𝑡𝑒𝑛𝑐𝑖ó𝑛 𝑑𝑒 𝑎𝑦𝑢𝑑𝑎𝑟𝑙𝑜, 𝑝...