capítulo dieciocho.

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– Y te lo digo otra ves bonito, acepta mi dinero y déjame a la rata conmigo. ¿Que tanto te cuesta? Es sólo un maldito estorbo, no entiendo como no te das cuenta. ¡Es un maldito huérfano asqueroso! Ugh, ya no...

– ¡Cállate maldita sea! – grité ya hartado – ¿Acaso no te das cuenta del daño que le haces? Por Dios, si tanto lo odias no entiendo porqué insistes en que te devuelva a Youngjae, ¿Quieres que vuelva a ser tu puto sirviente? No lo voy a permitir, no soy como tú. Youngjae no tiene porqué seguir viviendo con personas que no lo cuidan y no lo aman. – lamí mis labios – Y sí según tú qué dices que tienes tanto dinero, ¿Porque mierda Jae andaba muerto de hambre? No sé dónde carajos está tu puto lado humano, pero ya no quiero seguir tratando contigo ni con nadie que lo lastime. Ahora vete y no interrumpas mi hora de descanso. –  apunté la salida con mi dedo índice.

No sé cuántas veces había ido en los recesos para convencerme de que le entregue a Youngjae, realmente es una puta descarada. Pero obviamente eso no le durará mucho...

Sé que pronto se irán a la cárcel, había hablado con la policía y están en procesos unas cuantas cosas para cerrar el caso...con ellos arrestados por maltrato y abuso sexual. Realmente espero que eso suceda luego, porque estando esta tipa, Youngjae se siente inseguro porque obvio, después de todo han sido unos putos monstruos con él.

– ¿Acaso te lo chupa tan bien que no lo quieres dejar ir? – preguntó con sorna.

Reí cínicamente chasqueando la lengua.

– No me compares con tu novio, no soy como él. – alcé una ceja cruzándome de brazos.

En respuesta recibí una bofetada antes de largarse, maldita tipa. ¡Que agradezca que es mujer o ya estaría descuartizada! Siento que he sido tolerante, pero si llego a mi límite será realmente jodido.

Volví al salón encontrándome con Youngjae sentado en mí asiento. Me acerqué a él sentándome en la mesa quedando frente a él.

– Era Chaerin... ¿Verdad? – preguntó mientras jugaba con sus manos.

Suspiré hondo y asentí, aunque no me estuviera viendo.

– Sí Jae, era ella de nuevo. Pero no te preocupes, no te hará nada. No lo voy a permitir. – acaricié su cabellera.

Sus lágrimas comenzaron a caer repentinamente y se puso de pié para abrazarme. Correspondí el gesto y rodeé su cintura con mis brazos apoyando mi cabeza en la suya.

Iba hablar, pero me interrumpió.

– Por favor no me devuelva, yo quiero estar con usted. ¿Entiende? ¡Yo lo quiero Muchito! No me abandone. – hundió su cabeza en mi pecho.

Quedé atónito unos segundos y negué frenéticamente tomando sus mejillas con mis manos.

– Hey, hey, eso no nene. No voy a dejarte. ¿Dónde sacaste eso? Joder, te quiero mantener a mí lado por siempre si es necesario. No vuelvas a tener esos temores porque no pienso dejarte con esos demonios. ¿Entendiste? – alcé la ceja mirándolo fijamente a sus bellos y expresivos ojitos.

Talló sus ojos e hizo un puchero, asintió levemente levantando su cabeza.

– Yo también quiero estar con usted y para siempre...– absorbió su nariz.

Sonreí ante lo dicho, miré hacía el lado y como la puerta estaba cerrada dudo que alguien vaya a entrar.

– Uhmn, si me crees, entonces...dame un besito. – dije con suavidad mientras deslizaba mis manos a su cuello.

Youngjae no dudó en asentir y rodeó mí cuello con sus brazos para acercarme a él y juntar mis labios con los suyos. Realmente estoy amando sus besos, sus caricias, sus muestras de afecto, su rostro, todo...

Mí Ángel || 2JAE ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora