capítulo veinte.

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Realmente estaba sorprendido por la presencia de mi madre. Demasiado tiempo pasó desde que la vi y exactamente eso fue cuándo decidí irme de la casa para poder al fin hacer mi propia vida.

– ¿Me dejarás pasar? – preguntó con voz suave y con la cabeza algo gacha.

Dejé salir un suspiro y me corrí de la puerta para que entrara.

La última vez que me comunique con ella fue cuándo me compré mi propio hogar para darle mi dirección y cuándo quisiera venir a verme lo haría. No pensé que ahora después de tanto, haya decidido aparecer.

Nos sentamos en el sofá, el silencio era bastante incómodo. Así que decidí romper el silencio.

– ¿A qué haz venido? – dije secamente.

– Quiero...conversar contigo hijo. – me miró con una mirada algo triste.

Suspiré hondo y asentí.

– Entonces habla.

– Bien, sé que no fuí una buena madre contigo y tú padre tampoco, realmente nos costó un buen tiempo para asimilar las cosas y asumir que los que estaban equivocados no eras tú, sino nosotros. Hicimos mal en despreciarte y dejar que nuestra relación se viera afectada sólo por tú condición sexual. Espero que algún día nos puedas perdonar... 

Me quedé atónito, realmente estaba muy sorprendido por lo que me dijo. Ella siempre estuvo en contra de los homosexuales al igual que mi padre. Pero gracias a la vida que al fin su cerebro hueco y estrecho se haya ampliado de una manera útil.

Dejé salir un suspiro y asentí levemente.

– Veo que realmente les costó siglos en cambiar de opinión y darse cuenta que ser homosexual no es algo malo, pero ya veo y... después de todo ustedes son mis padres. Así que está bien, me alegra que al fin hayan podido recapacitar. – dije seriamente cruzándome de brazos.

Ella asintió apenada y me dió una pequeña sonrisa, que después de unos segundos se la devolví con un poco de amabilidad.

– ¿Bummie?

Volteé al instante cuándo escuché aquella voz, era nada más que Youngjae bajando las escaleras. Pero se quedó asombrado al ver a mi madre. De seguro está pensando quién es, ya que no la conoce.

– Youngjae, ella es mi madre. – le dije con suavidad mientras alzaba ambas cejas.

Mi madre me vió confusa, pero de todas maneras sonrió.

– Hola Youngjae, soy Yeji. Madre de Jaebeom. – se presentó agradablemente.

Al menos eso iba bien, pero el rostro serio de Youngjae no cambiaba para nada.

Se sentó a mi lado y tomó mi mano mientras la miraba. Eso me dió bastante gracia, pero me limité a reír. De seguro debe estar así por lo que le conté antes.

– Hola. – dijo frío.

Entonces ahí fue cuando mi madre lo entendió, percibí eso gracias a que cuando yo era un niño y no quería contarle lo que realmente me pasaba, ponía esa misma expresión de ahora: una sonrisa y un semblante bastante relajado y comprensivo.

– Me imagino que debes saber lo que pasó, ¿Verdad? – le preguntó ella a Youngjae.

– Pues sí, me lo dijo y no estoy de acuerdo para nada con su trato señora. Bummie es un ser maravilloso, debe darse cuenta de eso. – se cruzó de brazos soltando un bufido.

Estaba sorprendido, ¿Está cosita adorable me estaba defendiendo? Aunque no sabe que mi madre ya se disculpó, me quedé callado observando como se enojaba.

Ella soltó una risa y asintió levemente.

– Veo que lo conoces bien... – suspiró – pues sí, me dí cuenta que Jaebeom es maravilloso y es mi hijo, nada debe cambiar sólo por sus preferencias sexuales. Eso no me incumbe, mi único deber ahí es apoyarle...cosa que no lo hice porque lo desprecie. Fuí una tonta y por eso vine a pedirle perdón. – finalizó con los ojos llenos de lágrimas.

Youngjae quedó boquiabierto y me miró, yo sólo le guiñe un ojo para dar a entender que todo estaba bien. Entonces se puso de pié y fue al sofá en que estaba mi madre.

– Entonces en en ese caso está bien, es cierto. Me enoja que usted y el padre de Bummie le hayan hecho sentir mal. Pero también debo ser consciente que las personas no somos perfectas y siempre nos vamos a equivocar, lo importante de cometer ese error es aprender de ello para no volverlo hacer. Por mi parte me alegra muchísimo que se haya dado cuenta de lo precioso que es mi Jaebummie. Lo siento si fui pesado hace unos segundos, sólo que me enojo lo que sucedió...– dijo para luego desviar su vista hacía el suelo.

Me quedé una vez más sorprendido, pero está ves por sus palabras, realmente me encantaba lo maduro que era. Imposible para mí no caer enamorado como un idiota ante este bello niño. Bueno...mejor dicho ángel. Porque eso es lo que es para mí.

Mi madre abrazó a Youngjae sin aguantar las lágrimas.

Esto me estaba conmoviendo demasiado y aún ni siquiera empezaba analizar toda está situación desde que ví a mi madre parada en la puerta. Pero sin duda es algo bonito la verdad...

Luego que se separaron, tomé a Youngjae de la cintura y lo senté en mis piernas.

– Esto es bonito y madre... gracias al fin por entenderme. La verdad creí que este momento nunca llegaría. También espero ver algún día a papá. – dije un tanto desanimado al decir lo último.

Youngjae tomó mi mano para entrelazarla dándole leves caricias con la yema de sus deditos.

Mi madre asintió.

– Tú padre quiere que nos vayas a visitar cualquier día que puedas con tu novio. – dijo.

Yo y Youngjae quedamos boquiabiertos al escuchar la palabra novio salir de la boca de mi madre. Pero no dijimos nada al respecto, en todo caso. Este pequeño era mi futuro novio de todos modos.

Y exacto, me tomé ese tema en serio, porque Youngjae tiene que ser mi pareja.

– Muchas gracias madre, yo y Youngjae iremos apena que podamos.

El rato se pasó agradable conversando, mi madre nos preguntó sobre cómo nos habíamos conocido Jae y yo. Pero decidí en contarle todo, quedó totalmente sorprendida. Pero ella dijo que tenía que admitir que éramos adorables juntos y esperaba el momento que realmente fuéramos una pareja oficial.

Realmente creí que me trataría de pedófilo o haría alguna cara de desaprobación, pero fue sorprendentemente todo lo contrario a eso. De verdad a cambiado bastante y eso en cierta parte me enorgullece, no era nada a comparado como era antes. Pero justamente eso, ya quedó atrás y todos merecemos una segunda oportunidad.

Ella se marchó y quedamos otra vez solamente Jae y yo.

– Es amable, cuándo la ví pensé que sería una bruja. Ya estaba preparado para atacar. – dijo Youngjae arrugando su nariz mientras me veía.

Reí levemente y me acerqué para tomarlo de ambas mejillas.

– Hey mi pequeño salvador, realmente me dejaste sin palabras cuándo llegaste y le dijiste todo eso. Me conmovió bastante. – abulte los labios.

– Bummie, independiente la persona que sea no voy a dejar que lo trate mal porque no lo merece. ¿Comprende? Para eso estoy yo, para protegerlo de todo mal y espantar a la gente que no tiene buenas intenciones. – pestañeo varias veces para luego rodear sus brazos a mí cintura.

Sonreí enternecido y acaricié su cabellera mientras dejaba besos por todo su rostro.

– Y yo te protegeré de todo que te dañe, porque recuerda lo que te dije hace un tiempo atrás...los ángeles no pueden convivir con demonios. ¿Entiendes? – lo tomé de la barbilla para que me mirase.

Asintió.

– Sí Bummie, lo sé muy bien. – sonrió ampliamente abultando sus ojitos haciendo que quedasen en unas simples líneas.

Mí Ángel || 2JAE ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora