capítulo diecinueve.

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Los rayos del sol chocaron contra mí rostro provocando que mis ojos se abrieran. Miré hacía la ventana y podía notar que la mañana estaba recién comenzando. Me dispuse a ponerme de pié no sin antes de depositarle un dulce beso en la frente a Youngjae que dormía como todo un ángel que era. Decidí en darme un baño con agua helada (ya que eso me ayudaba a obtener más energía) y fuí preparando el desayuno.

Hoy Youngjae tenía su quinta sesión con el terapeuta y debía ir a eso de las doce, por lo que debo tenerlo listo antes de esa hora para después ir a dejarlo. Realmente al principio me preocupó por los pensamientos negativos que tenía; pero gracias a esto a ido calmándose un poco y comprendiendo que nada fue su culpa ni mucho menos ha sido un problema para mí.

Realmente quiero demostrarle lo mucho que me ha cambiado la vida en tan poco tiempo, pero sé que todo va ir dándose de a poco.

Le serví un vaso de leche junto con unas tostadas, le guardé barritas de cereal junto con un jugo de naranja. Porque de vuelta le suele dar hambre y no me gusta que esté con su estómago vacío.

Fuí hasta su habitación y me senté en la orilla de la cama donde estaba él. Acaricié su cabellera, realmente admiraba su belleza y me enternecía que cada mañana al momento que bostezaba se le formaban miles de pucheritos en sus labios. Así sólo me daban ganas de comérmelo a besos, se me hacía demasiado irresistible.

Sus párpados se fueron abriendo lentamente hasta dejarme apreciar sus preciosos ojos. Me sonrió apenas notó que estaba a su lado y se sentó en la cama. Extendió sus brazos y yo me acerqué a él para darle un abrazo.

– Buenos días pequeño angelito. – susurré en su oído de forma cariñosa y acaricié su cabellera con delicadeza.

– Buenos días Bummie, ¿Durmió bien? – preguntó dudoso mientras se alejaba un poco para verme al rostro.

Sonreí ampliamente dejando notar mis dientes.

– Dormí bien, ¿Tú también? – alcé una ceja viéndolo fijamente.

Asintió levemente con la cabeza y luego de eso salí de la habitación para que se diera un baño y fuera a tomar desayuno junto a mí.

Mientras me dediqué a ver un cuadro que tenía junto a Nora. La extrañaba, a pesar que antes la acariciaba como si nada, ella suele aparecer y desaparecer un tiempo. No me sorprendo, pero sí la extraño demasiado.

Dejé salir un suspiro, una sonrisa se me formó en mis labios instantáneamente al ver la presencia de Youngjae acercándose para tomar asiento y tomar un sorbo de su leche.

– Está rico Bummie, gracias por el desayuno. – sonrió levemente para volver a tomar otro sorbo.

Lo miré seriamente.

– ¿Que te dije sobre agradecer Jae? – le dije, para luego cruzarme de brazos.

Soltó una risa y asintió frenéticamente.

– Que no es necesario agradecer, lo sé, lo sé. Pero realmente no puedo evitarlo. – abultó los labios en forma de puchero.

Realmente no me gustaba que me agradeciera, siempre debió por lo mínimo tomar desayuno. No tiene porqué ver qué es algo anormal hacerlo, ugh, sólo acordarme de esas ratas inmundas me ponía de malas.

– Bueno, si tanto quieres agradecer entonces házlo besándome. Eso sería el mejor agradecimiento que recibiría en mi vida. – le guiñe el ojo y tomé un sorbo de café.

Noté como se sonrojó y asintió levemente con una sonrisa preciosa en sus labios.

[...]

Mí Ángel || 2JAE ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora