capítulo seis.

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Me duché lo más rápido posible y volví a la habitación algo...agitado. Y ahí estaba, Youngjae durmiendo plácidamente. De verdad me sorprende que a tan poca edad un niño puede ocultar tantos secretos, no soy un imbécil en el cuál pueden engañar, sé perfectamente que hay algo detras y tengo que averiguarlo, al fin y al cabo tengo ese sentimiento de querer protegerlo. Él necesita que alguien lo cuide...

Lo que más me sorprende es que ayer me atreví a decirle que era cariñoso y amable, que risa. ¿Porque quise mentirle? Quizá porque siento que no merece ningún tipo de maltrato y...necesita más cariño. En fin, estoy loco. No soy de esta maldita manera.

¿Im JaeBeom siendo una ternura con los demás? Que loco suena eso.

Oh tal vez no del todo...

Se me formó una estúpida sonrisa mientras agitaba mi cabeza para salir de mis pensamiemtos. Entré una vez por todas hasta ir donde Youngjae, arreglé mi corbata y mi ajustada camisa blanca. Dirigí mi vista al menor nuevamente enterneciéndome al ver como dormía abrazado a la almohada. Si no lo conociera diría que es un niño de ocho años.

Me senté en la cama, toqué su hombro que eso provocó que su remera se bajara y dejara apreciar su blanquecina piel. Lo acaricié por impulso, se siente jodidamente suave.

¿Que te ocurre tonto JaeBeom?

Puse una mano en mi frente negando, y finalmente lo removí.

Youngjae fue abriendo los ojos lentamente pero al estar consciente se sentó rápidamente demasiado asustado.

— Lo lamento, no hice el aseo y tampoco el desayuno. Me levanto enseguida. — hizo una pequeña reverencia para luego colocarse de pié.

Lo agarré del brazo mirándolo sin entender absolutamente nada. Su rostro reflejaba miedo, sus cafés e inocentes ojos miraban de manera insegura el suelo. Esto no es normal, no sé que es lo que tiene.

— Youngjae, primero que nada no tienes que hacer nada de eso, además el desayuno ya está listo — acaricié sus desordenados cabellos —, no tienes que temer. No haré nada que no te guste si es lo que te preocupa. De hecho, solo voy a cuidarte.

Me miró con cierta incredulidad y desconfianza. Honestente entiendo menos su actitud.

— ¿Usted lo dice enserio o... — puse mi pulgar en sus labios.

— Ya basta, no te haré nada ni te pediré que hagas algo que a ti no te agrade. Jamás te haría algún daño por si piensas eso de mí. Entiéndelo, ¿Si? — saqué el dedo de sus labios mirándolo atentamente.

Logré que no dijera nada más, es que realmente necesito que entienda eso.

¿Tan maleante me veo como para que piense que lo voy a lastimar? Mierda.

Después fui en busca de una toalla y ropa interior. Me derigí hasta Youngjae para entregárselo.

— Ve a darte una ducha, cuando termines dirígete al comedor. Te estaré esperando con el desayuno listo, ¿Si? — dije.

Youngjae asintió agarrando finalmente el uniforme. Me voltee para salir, pero me retuvo.

— Hyung... ¿Puedo...hmm...no nada. — me soltó botando un suspiro.

Me acerqué para agarrar su mejilla.

— No, no. Puedes decirme, no tienes que tener vergüenza. — sin evitarlo, abulté mis labios.

Sonrió asintiendo levemente.

— ¿Puedo bañarme con agua calentita? Es que...tengo mucho frío. — dijo cabizbajo.

Mí Ángel || 2JAE ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora