capítulo nueve.

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Trague en seco una vez más siendo dominado por nerviosismo.

— P-Profesor JaeBeom...

Me dió un leve golpe en el hombro para soltar una risita.

— Vengo a entregarte tu carta, pequeño. Se te cayó del bolsillo. — dijo con tono amable.

Le recibí la carta dando un leve suspiro.

— Gracias... — mi voz tímida me delató, pero es que la precensia de Hyung demasiado varonil...o mejor dicho autoritaria.

Desvié la mirada sonriendo ampliamente, pero quedé desconcertado al sentir las suaves manos de JaeBeom Hyung en mis mejillas, me acercó a su rostro lentamente.

— ¿Vamos a comer algo saliendo de aquí? Yo invito. — sonrió ladino levantando ambas cejas.

¿Cómo puede ser tan buena persona conmigo?

Asentí levemente con un poco de desánimo, pero de seguro si me distraigo mejoraré al menos un poquito.

Lo malo es que tengo que ir a paso de tortuga, mi cuerpo duele de una manera infernal; pero no puedo ni siquiera decir algo.

— ¿Youngjae? — acarició mi nariz con la yema de sus dedos sacándome de mis pensamientos.

Sonreí ampliamente.

— Vamos, profesor. — dije.

Ahora no iba a rechazarlo como lo hice la vez anterior, aún cuando sé que en casa me irá del infierno porque llegaré tarde.

Al avanzar un par de pasos, sentí el tacto de piel de mi Hyung, ya que entrelazaba sus dedos con los míos. Eso provocó una extraña sensación en mi estómago.

— Pequeño. — me tomó de la barbilla con su mano libre. El esperado calor en mis mejillas se hicieron presentes. — Cuándo estemos solos no tienes que decirme profesor, ¿si?

Asentí levemente sin disimular lo sorprendido que me dejó sus actos.

¿Porque el frío Im JaeBeom es un amor conmigo?

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La comodidad y satisfaccion me invaden en estos momentos. Nunca soy de subirme a autos y me emociona estar en una ahora. Es demasiado grandecito, también muy amplio y bonito.

— ¿Ocurre algo?

Dejé de ver por la ventana para dirigir mi vista hasta JaeBeom Hyung. Que mantenía mirando la carretera.

— No, Hyung. Sólo que me gusta su auto, me agrada en todo ámbito. Claro, claro, al igual que su casita. — sonreí ampliamente.

Todo lo que poseía Hyung aparte de ser bonito, es costoso. Eso es lo que más lograba sorprenderme. Porque en mi caso, nunca vi algo de calidad en la casa de mi hermana, ni nada que ellos pudieran tener.

El auto se detuvo cuando el semáforo cambió.

— Si te gustan, entonces acepta mis invitaciones. Disfrutarás todo lo que tengo. — giró la cabeza cruzando miradas conmigo.

Quedé sorprendido una vez más.

Siempre siendo amable.

No convertirme en una molestia.

— JaeBeom Hyung, yo...lo he molestado bastante con mi situación como para que me tenga que ver aún más de lo que ya hace diariamente. Yo...

Mí Ángel || 2JAE ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora