Sin Palabras ||En Físico||

La muerte

* Imagen de Arielle Ashmore *

Sin despedirme de nadie, salí corriendo de la universidad; sin parar en el kiosco ni en la cafetería. Solo tenía una cosa en mente, y era contarle mi experiencia de anoche a mi abuelo. Estaría muy orgulloso. O, al menos esperaba eso. Recorrí las calles con paso rápido sin poder evitar sonreír al imaginarme su cara. Entré al edificio, como siempre, saludando con la mano algunos trabajadores de allí. Subí en ascensor hasta el segundo piso; escuché voces en su habitación, pero sería el amigo de mi abuelo jugando al dominó. Entré con una sonrisa amplia, pero se borró al instante, al ver a mi abuelo junto a un chico que desconocía. Sus ojos azul eléctrico se fijaron en mí con el ceño fruncido. Iba con la capucha puesta, vestido de negro y con guantes de cuero. Tragué saliva al recordar lo de anoche.

- Agnes... - La voz de mi abuelo rompió el silencio, pero ni el chico ni yo retiramos la mirada. Nos estábamos analizando sin ningún disimulo.

Mi mirada cayó en la parte superior de su pecho, donde reposaba un colgante igual que el mío, pero en negro. Subí de nuevo a sus ojos, y su mirada estaba en mi colgante con el ceño fruncido. Se acercó a mí en dos pasos con intención de quitarme el collar, pero tomé su muñeca mientras que con la otra mano sujetaba mi colgante con fuerza. 

De repente, ambos retrocedimos un par de pasos. Miles de imágenes pasaron por mi mente. Lo vi de pequeño junto a los que suponía que eran sus padres, quienes le entregaban el colgante. Segundos después se encontraba solo frente a unas tumbas. Su entorno empezó a cambiar a uno frío y solitario. El tiempo pasaba a su alrededor, pero no parecía envejecer ni un poco. Empecé a ver muertes de todo tipo. Gritos. Sangre. Torturas. Amputaciones.

- ¿ Qué está pasando ? - Intenté sujetarme a un carrito, que suelen llevar las enfermeras, pero acabé volcándolo y cayendo al suelo. Las imágenes con distintas personas muriendo, de formas horribles, iba empeorando - ¡ Detenlo ! - Grité al sentir el sufrimiento de las víctimas. Mi corazón iba a mil por hora mientras me hacía un ovillo en el suelo. 

- Agnes, tranquilízate. ¿ Qué sucede ? - Mi abuelo se acercó para calmarme, pero no podía soportar tantos gritos desgarradores. Tantas muertes espeluznantes que ni si quiera hubiera pensado que existían.

- Estamos viendo nuestros recuerdos... - Escuché al chico a unos centímetros de mí.

- Haz que pare... - Supliqué con los ojos llenos de lágrimas - Por favor... - Los recuerdos no cesaban, cuando debería durar unos pocos segundos.

Una mano se posó en mi perfil izquierdo, haciendo que poco a poco las imágenes desaparecieran. Abrí los ojos viendo al chico mirándome con seriedad. Retiró su mano, se incorporó y miró a mi abuelo con molestia, pero Garret lo ignoró. 

- ¿ Habéis visto los recuerdos del otro ? - Dijo mi abuelo con confusión ayudándome a sentarme en el suelo.

Cierto, mi abuelo no sabe que tengo ese poder, pero sólo funcionaba con espíritus, nunca con los vivos. Hasta ahora. Ninguno de los dos dijo nada, solo nos quedamos mirando; él con seriedad y yo con miedo por su pasado.

- Deberías haber seguido protegiendo el collar, no dárselo a ella - Dijo el chico con desprecio al pronunciar la última palabra.

- Ya hemos tenido esta conversación, así que no te lo voy a repetir - Sentenció mi abuelo.

- Deberías haber aceptado, estaría en buenas manos, no en una mocosa que no sabe controlar ni sus poderes - Fruncí el ceño.

- ¿ Qué me has llamado ? - Dije molesta - ¿ Ni si quiera sé quién eres y crees conocerme ? - Bufé incorporándome del suelo.