Uno más

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Miedo. Frío. Confusión. Soledad.

Cuatro palabras que describían a la perfección como debería sentirme en ese mismo instante, pero mi cuerpo se encontraba completamente relajado en aquel frío suelo en el que me encontraba tumbada con los brazos estirados a mis lados. Mi mente tampoco pensaba en nada en concreto, estaba en blanco, mientras observaba aquel cielo gris. Finas gotas impactaban contra mi rostro; empapándolo, pero no las sentía. No sentía nada. Ni una emoción, ni un pensamiento que se me viniera a la mente. Nada. Estaba vacía. Tan solo era un cuerpo y un alma sin vida que observaba el cielo porque no tenía alternativa. Por un instante, se me olvidó hasta quién era.

- Debería sorprenderme, pero no lo hace en absoluto - Se inclinó un poco sobre mi para mirarme a la cara. Lo miré con interés, no le recordaba, hasta que un nombre pasó por mi mente.

- Egan... - Susurré, haciendo que una sonrisa se dibujara en su rostro.

- ¿ Qué te ha pasado ? - Preguntó con curiosidad. Abrí levemente la boca para responder, pero no fui capaz - No te acuerdas... Suele pasar después de morir - Se encogió de hombros. Me incorporé hasta quedar sentada.

- ¿ Morir ? - Lo miré con terror - ¿ Estoy muerta ? - Mi voz se entrecortó mirando mis manos temblorosas.

- Mmm... No, no lo estás - Dijo rodeándome para quedar de frente y ponerse de cuclillas - Te han salvado justo antes de que cruzaras el límite que te separaba de la muerte - Me explicó.

- Una sombra... - Dije cerrando los ojos con fuerza; recordando lo sucedido - Una sombra hizo que un camionero chocara contra nuestro coche - Tragué con dificultad - Dimos muchas vueltas... Había sangre... - Recordé a Murray herido - Mi padre y Brock - Lo miré - Tengo que ver como están, ¿ cómo salgo de aquí ?

- Te despertarás tu sola cuando tu cuerpo esté preparado - Se incorporó, mirando a nuestro alrededor con las manos ocultas en su cazadora gris, que le llegaba hasta por la mitad del muslo - Creo que eres la única persona que se siente a gusto en un cementerio - Fruncí el ceño extrañada, hasta que me di cuenta de en donde nos encontrábamos.

- ¿ Qué hago aquí ? - Miré las tumbas de mi padres extrañada; he estado tumbada en ellas todo este tiempo.

- El limbo es un lugar... - Se quedó pensativo durante unos segundos - especial. Los portadores de los colgantes o los que tienen el don pueden acceder, aunque los únicos que lo utilizamos somos tu y yo - Me levanté con algo de dificultad. El cementerio desapareció, hasta estar de nuevo en aquel lugar oscuro que tan bien conocía - Puede volverse lo que nosotros queramos si de verdad lo deseamos, ya sea un sitio u obtener algo - Se encogió de hombros - Tu te sentías cómoda en ese cementerio y el limbo te ha hecho creer que estabas ahí.

- Entiendo...

- Respecto a la sombra... - Se giró para mirarme - Suelen buscar a los portadores, o a los que tienen el poder de verlos, para así matarlos, ya que somos una amenaza si logramos descubrir como hacerles pasar al otro lado.

- ¿ Entonces por qué os vi a Calix y a ti con ellas ?

- Yo trabajaba con una para poder subsistir a base de almas, ya que me facilitaba encontrarlas y hacerlas pasar al otro lado. Calix en cambio lo hace para acercarse y saber cómo deshacerse de ellas desde dentro, aunque solo ha logrado acercarse a dos. Él las alimenta a cambio de favores, y de paso investiga todo sobre ellas - Me pasé una mano por el pelo.

- ¿ Es por eso que está a punto de morir ? - Sonrió.

- Nada que ver, es algo mucho más complicado... O al menos, para él - Se cruzó de brazos.

Sin Palabras ||En Físico||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora