50 metros ...
20 metros ...
Estaba a unos cuantos pasos de lo que sería nuestra salvación, cuando recibí un gran golpe desde un extremo, estrellándome contra un coche cercano, haciendo que la alarma empezara a sonar. Caí al suelo boca abajo, pero en ningún momento solté los colgantes que sostenía en mi mano; miles de trocitos de cristales cayeron sobre mí y una presión inundó mi pecho. El dolor empezó a extenderse por todo mi cuerpo, principalmente por mi espalda y cabeza. Me intenté incorporar, poco a poco, mientras intentaba respirar con normalidad, pero cada vez que lo hacía, era como una puñalada en las costillas. Me sujeté al coche, concretamente en la ventana que acaba de romper, cortándome la mano, pero no me importó. Me incorporé, viéndome reflejada en el espejo retrovisor; mi pelo blanco estaba manchado de rojo oscuro, tenía el labio partido y un corte en la frente que llegaba hasta mi ceja. Bajé la mirada al resto de mi cuerpo, tenía numerosas heridas mezcladas con la suciedad del suelo y mi ropa no estaba en las mejores condiciones.
Me alejé del coche, no podía casi andar, pero no me detuve y seguí en dirección a mi objetivo; la puerta. Cristal purificó a otras dos sombras que intentaron acercarse a mí, pero, de pronto, ella también cayó al suelo. Me apresuré en recogerla, viendo que sus colores iban perdiendo su intenso color, quedando poco a poco gris.
- No, por favor, tu también no - No pude evitar derramar un par de lágrimas mientras la sostenía en mis manos ensangrentadas - Cristal ... - Susurré con un hilo de voz con esperanza de que reaccionara, pero no se movió.
Centré mi mirada en Brock, quien gruñía a tres sombras que le rodeaban, para después centrarla en la puerta. Ignoré cualquier dolor, cualquier lágrima y cualquier miedo ..., y salí corriendo hacia ella. Llevé mi mano libre a mis costillas, intentando aminorar el dolor, cuando miles de susurros aparecieron a mi espalda. Sin detenerme, miré sobre mi hombro, viendo a la sombra líder tomar un coche y lanzarlo en mi dirección.
Mi cuerpo se paralizó, y tan solo fui capaz de cerrar los ojos con fuerza y cubrir mi cabeza a la espera del impacto, pero no sucedió nada. Abrí uno de mi ojos con miedo; el coche estaba a centímetros de mí, pero estaba paralizado en el aire. Retrocedí un par de pasos, observando a las sombras y al líder; también estaban inmovilizadas. Todo mi alrededor estaba detenido, como si el tiempo hubiera dejado de funcionar para todos, menos para mi.
¿ Qué estaba pasando ?
Esquivé el coche y a las sombras con desconfianza. Podían empezar a moverse en cualquier momento, así que me apresuré en acercarme a la puerta, dejé a Cristal a un lado e introducí los colgantes en la cerradura.
Tenía que funcionar o estábamos perdidos ...
Giré la llave con sumo cuidado, rezando para que funcionara, y lo hizo. Me separé de la puerta, colocándome a un lateral, al notar que se abría de par en par. Un estallido me hizo sobresaltarme, el coche había caído al suelo y todo mi alrededor había vuelto a la normalidad, pero no por mucho tiempo, ya que el interior de la puerta se iluminó y empezó a atraer a las sombras y los espíritus, obligándolos a cruzar finalmente al otro lado.
Tomé a Cristal del suelo con la esperanza de verla recuperada pero se desvaneció en mis manos hasta desaparecer por completo. Levanté la mirada con los ojos aguados, pero mi sangre se heló al reconocer a una mujer que se encontraba de pie frente a mí con una leve sonrisa. Una lágrima resbaló por mi mejilla sin poder apartar la mirada de ella, cuando noté a otras dos personas a su lado.
- ¿ Eráis vosotros todo este tiempo ? - Mi voz se entrecortó.
- Lo has hecho muy bien, Agnes - Dijo mi madre sin dejar de sonreír.
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Sin Palabras ||En Físico||
Teen FictionAgnes es una joven aparentemente común, pero se hace pasar por muda por miedo a su Don: la capacidad de ver espíritus y comunicarse con ellos, al igual que su querido abuelo. Pero esta habilidad no es un don simple, sino una responsabilidad que invo...