Sin Palabras ||En Físico||

Involuntario

Bebí un trago de mi chocolate caliente mientras dibujaba un nuevo diseño de un edificio, mientras tanto, mi abuelo se encontraba sentado en la cama con su café y su periódico diario, que todos los días le hacía llegar. Calix, a mi lado, se encontraba sentado en el umbral de la ventana, con un pie apoyado sobre este y el otro a unos pocos centímetros del suelo. Su espalda estaba apoyada en el pilar, mientras que sus manos desnudas sostenían un libro bastante antiguo.

- Oye, Calix - Miré a mi abuelo curiosa, pero seguía leyendo el periódico - Supongo que te has enterado de las muertes de parejas de estos últimos meses...

- Sí - Dijo sin más, pasando una página.

- ¿ No crees que hay algo extraño ? - Dijo Garret con el ceño levemente fruncido.

- Tal vez - Se encogió de hombros - Tampoco es de mi incumbencia - Mi abuelo lo miró con desaprobación.

- Podría ser un espíritu buscando venganza... - Dijo pensativo.

- No, porque todas esas familias no tienen nada en común - Levantó su mirada azul del libro y lo miró - Si buscara venganza habría matado a quien debería, no a gente inocente que ni conoce.

- Tal vez no puede hacerlo y se desquita con desconocidos - Dije volviendo a mi dibujo.

- Ningún espíritu sería capaz de meterse en tantos cuerpos en tan poco tiempo. Su energía son mínimas, y los que pueden lograr mover objetos es la acumulación de energía durante años, y tan solo para utilizarlo durante un segundo - Cerró el libro - Simplemente es un asesino en serie que ha decidido matar a parejas con hijos - Hice una mueca de disgusto al recordar a mis padres.

- Deberíais investigar.

- ¿ Para qué ?

- Porque si es un espíritu es vuestro deber acabar con él, si luego se trata de un asesino, entonces se lo dejas a los vivos - Calix se incorporó aún con el libro en la mano - No me desafíes, Calix. Te estas jugando tu inmortalidad. Y sabes de primera mano que, tu contrato con el colgante, te obliga a investigar cualquier muerte por si se trata de un espíritu - Miré a los dos desde mi sillón, sintiéndome pequeña junto a ellos.

- Entonces tu nieta me acompañará, no voy a perder el tiempo yo solo ¿ verdad ? - Elevó una ceja, desafiándole de nuevo.

- Como le pase algo no habrá más guardianes del colgante, y haré todo lo posible para que tú ya no puedas utilizarlo ¿ entendido ? - Garret estaba muy cabreado, al igual que Calix, pero este último no se atrevía a responder o no le veía necesidad.

- Vamos - Dijo dejando el libro sobre el reposabrazos de mi sillón, donde tenía mis piernas apoyadas, lo miré con sorpresa.

- ¿ Vamos a ir ahora ? - Me incorporé.

- Cuanto antes terminemos con esto, mejor - Se puso su cazadora de cuero con molestia y salió de la habitación. Tomé mi cazadora y mi móvil.

Miré a mi abuelo antes de salir, me sonrió orgulloso, pero notaba la preocupación en sus ojos. Salí de la habitación con rápidez, pero Calix ya estaría bajando en ascensor. Tan solo esperaba que no me hiciera ir andando. Bajé a la planta baja despidiéndome de algunos conocidos, bastantes espíritus entre ellos, amigos de mi abuelo. Salí al exterior notando el viento frío calándose en mis huesos; me puse la cazadora buscándole con la mirada, pero no había ni rastro. Me abracé a mi misma antes de girarme con intención de volver a entrar, pero escuché una moto detenerse a mi espalda. Lo miré de reojo, viéndole expectante a la espera de que me subiera. Suspiré y me acerqué viendo que se había puesto los guantes de cuero.