Sin Palabras ||En Físico||

Acosadores

El fin de semana fue corto, y lo único que hice fue estar con mi abuelo haciendo juegos mentales junto a Calix y Fliss. Entre los cuatro pasamos un buen rato, y aunque no se me había pasado el disgusto de los resultados, no he perdido la esperanza. De vez en cuando Murray se nos unía, pero como tenía que trabajar o hacer cosas, se quedaba pocos minutos. Estaba investigando por otra parte lo de la denuncia de Brock, quien no había salido a la calle en cuatro días por si acaso. Al menos, tenía el patio trasero para jugar y estar al aire libre.

- Bueno, es la hora - Dijo Garret incorporándose con un suspiro.

- ¿ Ya te vas ? - Pregunté revisando la hora de mi móvil; era pronto.

- Sí, me apetece dar una vuelta larga - Se fue a por su abrigo.

Yo en cambio, tenía que ir hasta la biblioteca, así que me incorporé para subir a mi habitación a por los zapatos y mi abrigo. Cuando bajé, tan sólo quedaba Brock tumbado en el sofá; estaba triste. Quería salir. Envié un mensaje a Murray preguntándole si podía sacarlo un rato y me dijo que sí, pero sin soltarlo y controlando que no se acercara a alguien. No queríamos más denuncias hasta solucionar esta.

Al ver que tomaba su correa se incorporó de un salto y empezó a correr de un lado a otro, impidiéndome ponerle la correa. Cuando logré que se calmara, salí, dirección a la biblioteca. Recordé que Calix también se había ido sin decir nada, o tal vez lo dijo y no le había escuchado. Estos días ha desaparecido en bastante ocasiones, aunque seguramente esté investigando por su cuenta lo del espíritu. Sólo esperaba que no se arriesgara de más, y aunque no puede morir, sí puede ser herido.

- ¡ Hola ! - Miré a Fliss, quien caminaba a mi lado.

- Hola, ¿ cómo va todo ? - Le sonreí antes de mirar al frente.

- Bradley ya ha sido juzgado, y gracias a unas pruebas falsas ha sido liberado - Me explicó - Menos mal que estaba Murray presente... - Suspiró - Creo que se va a ir con unos tíos a otra ciudad mientras asiste al psicólogo - Hizo una mueca.

- Al menos a él no le pasó nada - Susurré.

- Sí, solo espero que mejore pronto y le pueda volver a ver por aquí - Sonrió con tristeza - Izan en cambio sigue igual, y está bastante aburrido en esa habitación.

- Debería haber hecho mejoras - Dije confusa -O al menos, eso dijo Calix la última vez que estuvimos - Me encogí de hombros.

- Pues no lo sé, que yo sepa está cumpliendo su promesa.

- Tal vez... - Susurré.

Unos minutos después, Fliss paró con frustración, girándose y cruzándose de brazos, lo que me extrañó. La miré con confusión y me acerqué a ella. Su mirada estaba clavada en una furgoneta, pero al ver el logo a un lateral, fruncí el ceño con molestia; la perrera. ¿ Me estaban siguiendo ? ¿ Era legal llevarse a un perro como si nada ?

- Me están cabreando - Dijo Fliss con molestia.

- ¿ Hace cuanto nos están siguiendo ?

- Desde hace un rato, aunque no estoy segura todavía...

Retomamos el camino y, efectivamente, nos estaban siguiendo. Envié un mensaje a Murray, explicándole la situación, pero no hubo respuesta. Estaría ocupado. Me mordí mi labio inferior con nerviosismo, cuando escuché una puerta cerrarse. Uno de los hombres del otro día iba acompañado de Conrad.

No, no, no.

- Srta. Gibson - Dijo parándose a un metro de mí, mientras que el hombre del otro día sonreía por detrás cruzándose de brazos - Hay una orden en contra de...