Amaneció en un nuevo e intrigante día, saber qué cosas tendrá preparadas el destino es imposible, pero siempre puedes intuirlo. Así pude intuir yo mientras vestía con desgana el odioso uniforme que habría una expedición, quiero decir, una nueva masacre aquel día.
Estiré las sábanas con lentitud para aprovechar los únicos momentos de tranquilidad de la mañana y acudí sola hasta el comedor para coger mi desayuno; todos los días era lo mismo para los soldados, café con cereales o croissant y lo único bueno era el café.
Saludé a Armin y a Eren antes de sentarme sola como de costumbre, ellos eran los únicos "amigos" en los que podía confiar para hablar, no quería ser la amiga de nadie más y seguir haciéndome daño a mí misma con la mentira. Había estado planteándome varias veces el gritar a los cuatro vientos mi verdadero nombre y sentirme liberada cual pájaro fuera de su jaula.
Teníamos una misión rutinaria que cumplir qué consistiría en capturar un titán de clase 4 o menor para llevar a cabo estudios y experimentos con él. Por supuesto, si más titanes se entrometían en las maniobras los soldados les asesinarían a sangre fría, jamás arrepintiéndose. Intenté fingir tener fiebre, pero no funcionó y acabé sobre un caballo a las puertas del muro Rose esperando a que las cadenas se empezasen a elevar.
Armin se posicionó a mi lado con su caballo blanco y me sonrió con tal de hacerme sentir bien, en los últimos días mis sonrisas disminuían hasta casi ser inexistentes en mis expresiones faciales.
— Estoy algo nervioso... aunque seguro que lo conseguimos.
— Es irracional sentir nervios, Armin, si te alistaste soldado debió de ser para algo.
— Sí... perdona...Tras el aviso de salida, los caballos salieron al galope a través de las ciudades continuas hasta llegar al preciado exterior que tanto añoraba. La sensación de sentir aquel puro aire inundando tus pulmones y erizando el vello de tu piel era única. La ligera tierra mojada chapoteaba bajo los cascos de los caballos al correr.
— Tendremos que dividirnos para buscar al pobre titán — pensé viendo a las criaturas incautas moverse a través de la pradera — Qué han hecho para merecer tan horrible destino, las verdaderas bestias son los propios humanos.
— ¡Arya, reúnete con Conny, Eren y Reiner! — ordenó la capitana Hanji intentando hablar por encima del zumbido del viento.
— ¡Entendido!
— ¡Chicos, por aquí! — señaló Conny a nuestra derecha.Reuniéndome con los tres chicos, juntos partimos hacia la zona más despejada para poder contemplar mejor la altura de cada titán hasta dar con el adecuado.
— ¡Creo que ese nos sirve! — afirmó Reiner dirigiendo su mirada hacia un titán de tres metros.
— ¡A por él!
— No... — negué de manera inaudible.Desataron las redes con púas para que el objeto se anclase al suelo cuando el titán fuese capturado y activaron sus equipos antes de lanzarse contra el pobre ser.
Yo no participé, miré con decepción en lo que las personas llegaban a convertirse con tal de salvarse. El titán gruñía de dolor cuando las afiladas y heladas púas se clavaron en sus extremidades, heladas como los sentimientos de los tres chicos.
— ¿Agua? — preguntó Reiner ofreciéndome su cantimplora.
— No hace falta, Reiner, no movió el culo para ayudarnos — comentó Eren despectivamente, maldito bipolar — Gracias por colaborar, Arya.
— ¿Primero me abrazas y ya me vuelves a odiar? Definitivamente eres un engreído que solo piensa en sí mismo.
— Repite eso, hija de perra.
— Maldito suicida que se piensa que va acabar con todos los titanes, estúpido princeso que se deja sobre proteger por Mikasa, retrasado mental por haber sacado tan bajas notas en las últimas pruebas, te crees invencible por ser un titán cambiante. ¿Quieres que siga?
— ¡¡Sujetadme que la mato!!
— ¡Vale ya, vosotros dos! Sois compañeros tenéis que caeros bien — nos detuvo Conny antes de que nos pasásemos de la raya.Me hervía la sangre tener que ver aquel comportamiento tan infantil por parte de Eren. Recogí mi melena en un moño desenfadado y partimos de vuelta a las dichosas jaulas con el desafortunado titán.
— El maldito suicida este... — resoplé ya acomodados en los pijamas al verle reunirse con Armin y Mikasa.
— ¿No te gustó la expedición? — preguntó Hanji sentándose junto a mí en los bancos del patio — te veo un poquitín enfurruñada.
— No se trata de la expedición, superiora, es que hay algún que otro soldado maleducado de más.
— Siempre hay algún que otro pesado, no hagas mucho caso. ¿Vienes a la biblioteca un segundo? El enanín quiere hablar contigo, no sé sobre qué.
— Como desee — el que me faltaba por soportar.
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LA CHICA DE FUERA
FanfictionNayeli Ackerman es una chica misteriosa que ha vivido fuera de los muros desde que tiene noción del tiempo. Un día ese peculiar estilo de vida cambiará cuando el cuerpo de exploración la encuentra y es obligada a entrar en este. Allí dentro conocerá...