Cap. 27: Un final feliz a una historia triste

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Armin y yo enlazamos nuestras manos aquel inolvidable día de primavera frente a todos nuestros amigos; nos casábamos. Fue darse el sí quiero y toda la tristeza y estrés que habíamos sufrido se desvaneció en un instante.

Tras la celebración, caí rendida en el sofá de nuestra casa para descansar de la larga pero maravillosa jornada y me acurruqué junto a Armin para estar más cómoda.

Por suerte para todos, Zeke y Eren no volvieron a ser ningún problema ya que Zeke fue ejecutado por sus crímenes contra la humanidad y Eren fue condenado a supervisión por parte de la Policía Militar.

Decidí ir a coger a Artemis de su cuna para tenerla entre mis brazos. Artemis Ackerman era nuestra hija, una tierna bebé rubia de ojos marrón rojizo como los míos que nació pocas semanas atrás. Todos estaban encantados con ella, y no era para menos.

— Qué linda es, jamás pensé en que llegaríamos tan lejos — comentó Armin acariciando el corto cabello de Artemis.
— Ni yo... es lo mejor que me ha pasado desde que te conocí.
— Aww, por estas cosas me enamoré de ti.

Nos acercamos para darnos un beso cuando llamaron a la puerta. Giré la vista interrogativa sobre quién podría ser y dejé al bebé en los brazos de Armin para abrir la puerta de casa.

— Quizás Conny o Sasha se hayan olvidado de sus cosas — pensé.

Nada más abrir alguien me abrazó por sorpresa sin que me diese tiempo a ver de quién se trataba. Le aparté suavemente para poder ver su rostro cuando vi a Eren ante mí.

— E-Eren... ¿qué estás haciendo aquí? — todavía conservaba algo de rencor.
— La Policía me dio permiso de visitarte y aproveché para venir a ver cómo te iba — explicó algo tímido.
— Ya sabes que no eres bien recibido.

Suspiró y sonrió con tristeza.

— Me quedan tres años de vida, Nayeli, por lo menos déjame visitarte una vez más. No me conceden estas visitas muy a menudo.

Con algo de duda le pedí que esperase en la puerta y llamé a Armin para que viniese. Apareció poco después con Artemis, aunque no muy contento de ver a Eren.

— ¿Es vuestra hija? ¿Puedo... cogerla?
— Sí — respondió Armin secamente.

Dejamos a la niña en brazos de Eren, quien la miró con ternura. Sabía que Eren había vuelto a ser el mismo de siempre, pero nadie volvió a confiar en él después de lo que nos hizo.

— Siempre quise tener una familia como la vuestra — comentó acariciando las mejillas de Artemis.
— No la tuviste por tu error — le dijo Armin — ahora vete, no eres bienvenido aquí y en ninguna parte.
— Lo comprendo... gracias por dejarme coger a vuestra hija, es adorable.

Sin más que decir se marchó del lugar. Supe que no volveríamos a verle, los recuerdos del día en que nos conocimos regresaron y me entristecieron un poco, pero tenía a Armin, a mi hija y a mis amigos junto a mí para ayudarme a ser feliz.

Padre y madre estaban a mi lado en aquel momento, seguro estaban muy contentos por mí. Abracé a Armin y cerramos la puerta para seguir con nuestras vidas.

Jamás me alegré tanto de haber cometido el error de salir de casa aquella mañana...

                                     FIN

LA CHICA DE FUERADonde viven las historias. Descúbrelo ahora