Cap 11: Un admirador secreto

3.8K 367 121
                                    

Capítulo dedicado a ItzariCruz ♥️♥️♥️

Caminé junto con Sasha y Conny la parte superior de las murallas como misión rutinaria de vigilancia y mantenimiento. Era un día nublado y ventoso, bastante desagradable para estar a cincuenta metros de altura; cogeríamos un resfriado.

Sasha ya dudaba sobre lo que comeríamos en el mediodía haciéndose fantasías con las patatas mientras que Conny y yo simplemente le seguíamos la corriente con tal de que callase en algún momento.

Era la quinta vuelta que dábamos y no había ningún tipo de problema por los exteriores, ningún titán demasiado cerca ni cualquier otro tipo de amenaza.

— ¿¡Os imagináis que hoy nos ponen carne!? — comentó Sasha, haciéndosele la boca agua.
— Qué te calles ya, chica patata, qué rayante eres... — protestó Conny pegándole un débil codazo en las costillas.
— Jejeje, soy así.

Suspiré y miré hacia otro lado. El frío aire comenzaba a irritar mi garganta como siguiese allí. La otra guardia volvía de la parte continua a nuestra posición tras acabar su turno; Eren, Jean y Bertholdt. Sasha y Conny se unieron a ellos para hablar antes de que bajasen de los muros, a lo que Jean y Bertholdt accedieron.
Eren me miró serio, todavía seguía teniendo en cuenta aquel fingido beso... no sabía que decirle. Sonrió un poco y subió el cuello de mi chaqueta para ajustarlo con cuidado alrededor de mi cuello.

— Así no te resfriarás — me dijo como si me hubiese leído la mente.
— Gracias...
— ¿Caminamos un poco tú y yo antes de irnos?
— ¿Eh? — la pregunta me sorprendió, pero accedí de todos modos.

El resto bajaron sin percatarse de que no les seguíamos y comenzamos a caminar lentamente entre los cañones.

— Perdona por haberle dicho al capitán lo de que no quisiste participar — admitió mientras juntaba ambas manos tras la espalda — Soy muy idiota, aunque ya te habrás dado cuenta.
— No sé si perdonarte... quizá mañana vuelvas a las mismas.
— Jaja, ahí me has pillado, pero lo digo enserio... lo siento mucho, ahora por mi culpa tienes que estar en supervisión.
— Da igual — golpeé su brazo con cariño para no hacerle daño, él sonrió y me abrazó.
— Por cierto, esto es de un admirador secreto — dijo misteriosamente sacando una preciosa rosa blanca — la encontré sobre mi litera con una nota que decía que era para ti.
— ¿Admirador secreto?
— No te digo nada más.

Sonrió de nuevo antes de irse y yo me quedé algo desconcertada con la bonita flor entre las manos, tenía el tallo bien recortado y despojado de sus espinas.

— Bien, soldados, abrid vuestros apuntes para comenzar la lección — nos pidió el general.

Al menos dos veces a la semana era nuestro deber asistir a clases para aprender más sobre los titanes u otros tipos de estrategias importantes.

Saqué mi libreta y apunté todo lo que el hombre escribía en la pizarra. Sé que dije que era nuestro deber acudir... pero de los veinte soldados que debían estar en mi aula, solo vinieron cinco... Supongo que se le daba más importancia a entrenar, así morían fácilmente.

Armin estaba sentado a mi lado y le cuestioné sobre la rosa convencida de que él me la había regalado en secreto, pero negó sin haberse enterado.

— Yo no te regalé ninguna rosa... además, ese tipo de rosas no las hay en Trost.
— ¿Ah no? — pregunté más desconcertada todavía.
— No, solo las hay en el exterior.
— ...

Al salir de clase tiré la rosa a la basura y caminé muy preocupada hacia aquella "puerta prohibida" del día anterior dispuesta a abrirla. Se estaban acumulando demasiados secretos para mi gusto y quería resolverlos de inmediato.

La puerta estaba algo atascada y crujía terriblemente alto debido a su antigüedad, tenía que disimular el ruido con algo. Fijé mi vista en unos candelabros y los derribé con una patada antes de empujar la puerta con fuerza hasta abrirla, el sonido de las varas metálicas cayendo camuflaron el chirrido de la madera de la puerta y la cerré lo más rápido posible.

Ante mi se hallaba lo único presente en toda la espaciosa sala; un enorme cristal rodeado de cuerdas que lo sujetaban en cuyo interior había una persona. Una chica rubia con el uniforme de la Policía Militar se encontraba inmóvil con los ojos cerrados, semejaba estar dormida. Golpeé débilmente el cristal para llamar su atención, ese material era increíblemente resistente y duro.

— Hey... ¿puedes oírme? — susurré sin obtener respuesta, ¿por qué estaba esa chica rubia allí dentro? — ¿Cómo has llegado ahí? ¿Por qué te mantienen encerrada?

Silencio total. Retrocedí con algo de miedo y confusión sin asimilar la situación cuando mi espalda chocó contra alguien.

— ¿Qué haces aquí? — preguntó Reiner secamente — está prohibido entrar.
— ¿¡Quién es ella!? ¿¡Por qué la tenéis encerrada!?
— Al igual que Eren, ella es una titán cambiante, pero utilizó sus poderes contra nosotros. Es el enemigo.
— Si ella utilizó esos poderes contra vosotros, ¿por qué Eren no?
— Porque al contrario que Eren, ella es erdiana.

LA CHICA DE FUERADonde viven las historias. Descúbrelo ahora