Andrómeda ~ Wos

Veintiocho.

18 de noviembre de 2018, Mar de Plata, Argentina

Jornada 7 FMS Argentina

—¿Cuándo regresas a España? —pregunta Mateo mientras comemos.

Esta vez hemos venido todos juntos a Mar de Plata en un autocar. Es la primera vez que me traslado de esa manera a una jornada de FMS, aunque ellos están bastante acostumbrados.

Hemos venido pronto, así que ahora estamos comiendo todos juntos en un bar restaurante. Estoy sentada entre Valentín y Daniel, y tengo a Mateo en frente.

—Hoy, en cuanto acabe la jornada. —explico— Ya me he saltado bastantes clases. —me río.

—Sí, creí que te marchabas la semana pasada.

—Quería quedarme en esta jornada para ver batallar a Valen y Dani.

—¿A quién vas a animar? —pregunta riéndose.

Valentín levanta la mirada de su plato y me mira de reojo, levantando sus cejas, mientras oigo a Dani reírse a mi otro lado.

—A mí, obvio. —dice Dani de manera divertida.

Siguiendo mi consejo, Dani se ha cortado el pelo. Los mechones rubios que le quedaban han desaparecido y ahora su pelo vuelve a ser corto y oscuro.

Esta vez es Valentín quien se ríe ante el comentario de su amigo.

—Acéptalo boludo, tu piba me ama. —se encoge de hombros.

—Puede ser, pero no más que a mí. —dice de manera despreocupada— Además, solo yo me la como. —se encoge de hombros también mientras continúa comiendo de su plato. Siento mis mejillas arder en ese mismo momento. Justo cuando Dani y Mateo se ríen por el comentario de Valentín, escondo mi cara entre mis manos.

—No puedo creer que hayas dicho eso. —murmuro, incapaz de destaparme la cara, pues sé que estoy roja.

—Lo lamento. —me besa en la cabeza, pero sin darle más importancia continúa comiendo.

Después de dos segundos saco las manos de mi cara y cuando compruebo que ninguno de ellos me está mirando, golpeo el hombro de Valentín. Él me mira y se ríe mientras frota su hombro con su mano.

—Daniel estaba presumiendo de que lo amabas. —dice en voz baja, defendiéndose y haciendo un puchero.

—¿Y por eso tienes que hacer que me muera de la vergüenza?

—Ya te pedí perdón. —se ríe, encogiéndose de hombros.

—¿Por qué traes a ese pibe en la remera? —pregunta Mateo.

—Porque si me lleva a mí, su novio la cela. —bromea Dani.

—Córtala, Daniel. —Valen hace una bola de papel de su servilleta y se la tira a la cara.

—Para, boludo. —se ríe.

—Lo próximo es el cuchillo. —amenaza, levantando el cuchillo en el aire y enseñándoselo, cosa que solo provoca que se ría más.

—¿Qué tiene de malo mi camiseta? —levanto una ceja.