Solo una locura que se me ocurrió en medio de un ataque de ansiedad. Después de días de tristeza debido a estas dos, simplemente decidieron dejar de hablar después de volver loco al fandom. ¿Nuestra imaginación ha ido demasiado lejos? No sé..
Esta...
El otro día, temprano en la mañana, Irene se despertó, se levantó y preparó el desayuno. Preparó una bandeja y la llevó a la habitación. Una vez allí, Tamara seguía durmiendo. Luego decidió darse una ducha. Después de la ducha, ella vino a la habitación y Tamara dijo:
-¿Te has levantado temprano hoy? ¡Buen día!
-¡Buen día! Sí. Y he hecho café. - Dijo, tomando la bandeja y colocándola sobre la cama.
-¿Confirmamos que tengo la novia más linda del mundo? Nosotros confirmamos - Hizo un gesto a Irene para que se sentara más cerca de ella. - Ven aquí.
-¡Mi novia se lo merece! - Besó la frente de Tamara.
-Hmmmmm... Cómo huele. - Dijo Tamara, olisqueando y dejando un beso en el cuello de Irene.
-Para ti. - beso a Tamara. - Ahora toma tu café.
-Si señora. - bromeó Tamara.
-¿Te sientes mejor hoy?
-Más o menos. Mi garganta está un poco irritada.
-Debes hidratarte bien y comer manzana.
-Sí, doctora, seguiré las recomendaciones. - dijo Tamara y se rio.
-¡Idiota! Es solo que mi madre siempre me dice esto.
-Si la suegrita habló, se convirtió en ley.
-¿Suegrita? Aiai... Deja que mi mamá te escuche hablar así.
-Por qué ¿No puede?
-¡Ella lo odia! Ella me ha dicho 84 millones de veces que si consigo un novio, es para advertirle tan pronto como debería tratarla solo por señora. "Ni se te ocurra llamarme suegrita"- dijo, imitando la voz de su madre.
-Bien. Escribiré en mi lista: “Cómo ganarse a tu suegra en 10 pasos.” - dijo Tamara y se rio.
-¡Qué tonta eres! - abofeteó a Tamara - Vamos con esto, tenemos que darnos prisa antes de que llegue la "suegrita".
Tamara terminó su café y se duchó. Luego fueron a la sala. Después de varios besos, era hora de que Tamara se fuera.
-¡Amor, te extrañaré mucho! - Dijo Irene, abrazando a Tamara.
-Yo también. Haré lo mejor que pueda para encontrarte cuando esté en Madrid.
-Te estaré esperando aquí, con el corazón apretado. - Dijo Irene, con la voz ahogada.
-Oyoyoy... No llores. Esperemos que el tiempo pase rápido. - dijo Tamara, sosteniendo la cara de Irene y dándole un beso.
-Ah, no te olvides de llevar la camiseta. - Fue a la habitación. – Aquí.
- Me voy a dormir con ella. - tomó la camisa y la olisqueó - ¡Qué delicia!
-¡Te amo! ¡No te olvides de eso! - La abrazó por la cintura.
-¡También te amo! - Besó la frente de Irene y luego la besó.
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