¿Y si fuera real? - RIZHENE

Capitulo 47

Irene se despertó con los primeros rayos de sol en la cara y, a pesar de la incomodidad, no quería irse. Tamara estaba acostada encima de ella, durmiendo tranquilamente. Pero, como pronto otras personas llegarían a la playa, pensó que era mejor despertarla.

-Amor - tocó la cara de Tamara - Ya está amaneciendo.

-Ah no. - Tamara escondió su rostro en el cuello de Irene.

-También no quería despertarme, pero tenemos que volver al hotel.

-Espera un poco más, amor. -Tamara se acurrucó con Irene- Es muy cómodo aquí.

-Cómodo para ti, ¿verdad? ¿Olvidaste que estamos en la playa?

-No lo olvidé. - Miró a Irene - ¿Te duele la espalda?

-No amor. Pero, la cama es más agradable.

-OK vamos. - besó a Irene - ¡Buenos días!

-¡Buen día!

Tamara se levantó y ayudó a Irene a ponerse de pie.

-Ven aquí, te ayudo a sacar un poco de esa arena. - Tamara pasó las manos sobre el cuerpo de Irene.

-Estás aprovechando la situación, Tam - dijo Irene, riendo.

-No. - hizo que Irene le diera la espalda, la abrazó por detrás y la besó en el cuello - Aunque amo a Milanese.

-También estás llena de arena - Irene se volvió hacia Tamara y le dio un beso rápido - Mi argentina empanada.

-Mira... ¿Quién se está aprovechando ahora, eh? - abrazó a Irene.

-¿Yo? ¿De dónde sacaste esa idea? - besó a Tamara - Vamos, vamos al hotel.

-Vamos - Tamara tomó las cosas que habían llevado - ¿Baño, desayuno y cama?

-Sí. Exactamente en ese orden. - le dio la mano a Tamara - No inventes para cambiar.

- ¿Está segura? Porque podría ser desayuno, baño y cama. O baño y desayuno en la cama. O cama, cama y cama.

-¡Idiota! - tiró de Tamara para un beso rápido - No me hagas perder la cabeza otra vez.

-Ah, ¿quieres decir que fue mi culpa por esa noche maravillosa? ¿Por qué te hice perder la cabeza?

-También. Pero, admito que ya lo tenía en mente cuando te traje a la playa.

-Ah bueno. Porque no hice nada que no quisieras.

- ¿Alguna vez pensaste que no quería?

-Temía que estuvieras inconsciente. Después de todo, estábamos en un lugar público, juntas... Juntas, no... Pegadas, como si fuéramos una.

-Si... Ni siquiera digas eso. ¡Hace tanto calor! - dijo Irene, abanicándose - Pero, mira, no tenías que preocuparte. Por lo general, estoy loca cuando bebo y ni siquiera he bebido mucho.

-Tienes que detener esto, Irene. Beber hasta perder la conciencia no es bueno. Tienes que controlarte a ti mismo.

-Yo sé. Esta es una de las cosas en mi lista de cambios.

-Bueno saber.

Llegaron al hotel y subieron a la habitación. Se ducharon y ordenaron el desayuno.

-Hasta que llegue la comida, ven aquí. - dijo Tamara y se sentó en la cama.

-¿Quieres unos besos? - Irene se sentó en el regazo de Tamara - ¿No quedaste satisfecha con los que dimos durante el baño?

-No. - besó a Irene - ¿Te quedaste?