Capítulo 41

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Tamara se despertó abrazando la almohada y se sobresaltó. Después de un rato, recordó que Irene había dicho que se iba. Ella se quedó acostada, con los ojos cerrados, tratando de recordar su sueño. Irene y ella estaban en una casa, solas. Fueron de compras, regresaron y fueron a ver una película que Irene eligió. Como había visto varias veces, terminó durmiendo en medio de la película. Irene la despertaba y les decía que se fueran a la cama. Se acostaba abrazada a Irene y podía sentir el pelo de Irene en su rostro, trayendo una sensación de tranquilidad y paz. Todo era tan hermoso, como si fueran muy felices juntas. Desafortunadamente, eso fue cuando ella se despertó.

Abrió los ojos nuevamente y le envió un mensaje a Irene:

-Buen día, amor. Te extrañé en la cama cuando desperté.

-Buenos días, cariño. Después volveré para estar contigo. Pero no me esperes despierta, llegaré demasiado tarde.

- Puede dejar, con la medicina dormiré como un ángel. ¡TE AMO!

-¡También te amo!

-¡También te amo!

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-¡Madre mía, Irene! Este outfit casi me mata

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-¡Madre mía, Irene! Este outfit casi me mata.

-¡Idiota! Oye, es hora de tomar la pastilla para dormir.

-La tomaré ahora. Solo quería desearle buenas noches antes.

-Buenas noches, cariño. Duerme bien.

-Buenas noches.

Cuando Irene llegó a la casa de Tamara, se duchó y se acostó con ella. Le acarició y le besó la mejilla, le besó a la frente y le acarició el pelo. Tamara continuó durmiendo, respirando suavemente. Era una imagen tan hermosa que Irene no podía dejar de admirarla.

 Era una imagen tan hermosa que Irene no podía dejar de admirarla

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¿Y si fuera real? - RIZHENEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora