¿Y si fuera real? - RIZHENE

Capitulo 21

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Después de desayunar, Tamara dijo:

-Che ¿Hoy estoy en libertad? - Abrazó a Irene por la cintura.

-¿Libertad? ¿Como así?

-Para hacer lo que quieras contigo.- Besó el cuello de Irene.

-Depende... Dime lo que pensaste.

-La lista es larga... - besó a Irene - comienza en la ducha, pasa por la cama - giró a Irene de espaldas, la abrazó por detrás y le habló al oído - ¿Dónde terminará? No lo sé.

-Hmmmm... eso me gustó. - Dijo Irene, acariciando el brazo de Tamara. - ¿Qué esperas para comenzar?

Tamara hizo que Irene se volviera hacia ella y la besó. Se dirigieron al baño, se quitaron la ropa y la dejaron en su camino, besándose y acariciándose. Al llegar a la ducha, Tamara hizo que Irene se apoyara contra la pared, la agarró por la cara y la besó ansiosamente. Luego tomó el pecho desnudo de Irene y lo acarició, haciéndola suspirar ante el toque. Sin detener el beso, bajó la otra mano y apretó el culo de Irene. Ella gimió alentadoramente y Tamara aprovechó la situación. Mientras continuaba masajeándola con las manos, la besó y chupó el cuello. Irene se mordió los labios y sostuvo el pelo de Tamara, suspirando y gimiendo incapaz de controlarse. Tamara bajó la mano y comenzó a masajear su clítoris. Tuvo que besar la boca de Irene para sofocar los gritos. Irene no pudo soportarlo más, agarró el pelo de Tamara y la empujó hacia abajo. Tamara se arrodilló y, mirando a Irene, se lamió los labios. Irene puso los ojos en blanco, suspiró y dijo: ¡Taaaaaaaam, por favor! Tamara comenzó a chupar su clítoris mientras sus manos apretaban el culo de Irene. Irene gimió y respiró más y más rápido. Incapaz de contenerse más, gritó cuando llegó el orgasmo y Tamara lo probó en su boca. Tamara esperó a que Irene recuperara el aliento y la besó.

Salieron del baño y, aún mojadas, se fueron a la cama. Irene se acostó sobre Tamara y la besó. Tamara intensificó el beso mientras deslizaba sus manos por todo el cuerpo de Irene. Cuando detuvieron el beso para respirar, Irene se sentó en Tamara y subió por un sendero de besos hasta su cuello. Puso una mano sobre el pecho de Tamara y la apretó mientras besaba su cuello. Tamara gimió y se mordió el labio. Irene se ajustó las caderas y comenzó a moverse mientras acariciaba los senos de Tamara y la miraba a los ojos. Irene gimió cada vez que sus sexos se encontraban para hacer que Tamara se excitara más. Ocupó este puesto hasta que Tamara dijo: Ireneee, ¡no puedo soportarlo más! Luego detuvo sus movimientos, besó a Tamara y bajó besando cada parte de su abdomen hasta que alcanzó su clítoris y lo chupó fervientemente. Tuve que sostener las piernas de Tamara mientras ella se retorcía de placer. No tardó mucho en probarlo en su boca. Se lamió los labios y se tumbó junto a Tamara hasta que su respiración se normalizó.

Tamara se acostó mirando a Irene, la abrazó y la besó.

-¡Cada día se pone mejor!- Dijo Tamara.

-Con usted, ¡siempre es maravilloso! - se besaron.

-¿Sabes lo que quiero ahora?

-No tengo idea.

-¡Quiero más! - besó a Irene.

-Estás insaciable hoy, ¿eh?

-Siempre lo soy. Pero no siempre puedes matar las ganas. - Dijo y besó el cuello de Irene.

-Tam, ¿y si llega tu papá? - dijo Irene, tratando de contener a Tamara, sin éxito. - Tam?

-Hmmm… - murmuró y continuó besando el cuello de Irene.

-Tam, de verdad. ¿Tu padre no viene a almorzar?

-¿Cual es el problema? - le dio varios besos en la cara a Irene. - Él ya sabe que estás aquí.