Capitulo 48

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Dejando Sevilla, de regreso a Madrid, Irene estaba sentada recostada en Tamara cuando sonó el móvil. Ella respondió sin mirar el número:

-Hola. ¿Ah, todo bien? - Se sentó mejor, alejándose un poco de Tamara. - No. Me voy a Madrid ahora. Todavía tardo en llegar. Está bien, lo programaremos más tarde.

-¿Hay algún problema, amor? - Preguntó Tamara.

-No. Era solo un...a amiga que quería verme.

-Ah. - trajo a Irene cerca de ella otra vez - ¿Por qué te fuiste de aquí? Fue tan bueno.

-Solo fuerza del hábito. Solo para sentarme mejor.

-Pasar todos esos días juntas fue muy bueno. - besó a Irene - No quiero separarme de ti.

-¿Y tenemos que separarnos?

-No sé. Tú tienes que decirme.

-No tengo compromiso, por ahora.

-¿Eso significa que podemos estar juntas?

-Por mi sí. ¿Quieres?

-Qué pregunta, amor. Obvio que quiero.

-Incluso puedes estar en casa si quieres. Mi madre no está ahí.

-Hummm. - besó a Irene - Esta invitación no puede negarse.

-Combinado. - besó a Tamara - ¡Guapa!

Después de un rato, Tamara estaba durmiendo en el regazo de Irene. El móvil volvió a sonar e Irene respondió.

-Hola. De hecho tengo. ¿Por qué? Entendido. Pero, ¿tiene que ser hoy? Bien, veré qué puedo hacer. También disfruté mucho verte de nuevo. Necesitamos vernos más a menudo para recordar los viejos tiempos. Sí. Entonces, está bien. Tan pronto como llegue a Madrid, lo resolveré y te llamaré. Chau, beso.

Tamara se había despertado y escuchaba la conversación sin que Irene se diera cuenta. Tan pronto como Irene colgó la llamada, se levantó y dijo:

-¿Era él otra vez?

-¿Él quien? - dijo Irene.

-Tu amigo de la infancia.

-No. Era la amiga que me había llamado antes.

-Irene, me estás ocultando algo.

-No. ¿Por qué estás pensando esto?

-Escuché la conversación, Irene. "También me gustó mucho verte de nuevo". "Necesitamos recordar los viejos tiempos".

-OKAY. Sí, era él. Pero, ¿qué pasa? Yo no hice nada. ¿No puedo hablar con un amigo?

-Apuesto a que él ni siquiera sabe que existo.

-¿Por qué lo sabrías?

-¿Por qué no lo sabrías?

-Porque no hay diferencia para él.

-Bueno, para mí sí.

-Y aún dices que no son celos.

-No es. Solo quería que hablaras de nosotras. Omites y parece que no soy importante para ti.

-Tam, ya dije que entre nosotras es lo que importa.

-¿Cuánto tiempo será así?

-Hasta el día me siento cómoda. Maldición, dijiste que me ibas a esperar.

-Y prometiste que tratarías de acostumbrarte. Pero, a la primera oportunidad, omites todo. Y con un amigo de la infancia que no has visto en años. Muy conveniente.

¿Y si fuera real? - RIZHENEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora