El lugar era sencillo, decorado con flores naturales. Me pareció un lugar lindo para casarse.
De pronto todo mundo hizo silencio y se escuchó una mala grabación de la marcha nupcial, no quise girarme a ver, la fiera con vestido de novia estaba preciosa, si fuera muda sería la mujer más hermosa que haya conocido pero cada vez que Bella abría la boca era para ofenderme.
Saqué mi Ipod y tuve cuidado de ponerme solo uno de los auriculares, traté de concentrarme en la música y no tomé en cuenta la ceremonia, no sé porque no lo soportaba. Minutos después sentí un golpe en el brazo.
—Joven, el capataz le quiere hablar— una señora bajita y gorda me estaba viendo. Miré a Charlie y por las señas que hacía parecía que necesitaba algo. Bella me miraba con furia.
—Los aros— susurró Jacob. Entonces recordé que yo traía las alianzas. Busqué en el bolsillo de mi chaqueta y saqué la cajita. Caminé hacia ellos pero con tan mala suerte que trastabillé con la alfombra vieja del altar. Los dos anillos salieron volando.
Miré de reojo a Bella, parecía a punto de llorar.
Pero esta vez no había sido mi intensión, ya no quería seguir con esto. Ella estaba a punto de ser una señora, de ahora en adelante debía moderar mi actitud.
—Tranquilos, yo los busco— dije con el rostro ardiéndome de la vergüenza. Me agaché y varios invitados más me imitaron. Pasaron cinco minutos y apenas habíamos encontrado uno de los aros. Hasta el sacerdote empezó a buscar.
— ¡Aquí está!— gritó el ayudante.
La ceremonia continuó.
Ah, la que me esperaba, imaginaba a Bella persiguiéndome para darme de porrazos con su bouquet. Al menos ya se habían casado, era lo importante. Me quedaría un par de horas porque no quería perderme la comida y luego me largaría a mi habitación.
Salimos de la capilla y como en procesión, caminamos hacia el gran salón de la casa. Allí todo estaba decorado. Mucha gente le dio la bendición con algunas palabras rebuscadas.
Sentí que todos me miraban, pero no sabía por qué se fijaban en mí. Oh no, yo era el representante de los padrinos… de esto no me había acordado. Tomé el micrófono y apenas dije algo.
—"A nombre de mis padres, Esme y Carlisle, quiero darles este presente y desearles un matrimonio largo y duradero"— saqué de mi chaqueta el sobre que encontré en el escritorio de papá que decía "regalo Bella—Jacob" y se los entregué.
Luego de eso se dieron algunos bailes y también tuve que participar. Ella se veía enojada y ni siquiera me miró, me pisó a propósito tres veces en el mismo pie. Yo sólo sonreía cuando hacía eso.
Para mi mala suerte a la hora de la comida me sentaron al lado de Bella que todavía me miraba con coraje.
—Ojalá te atragantes— me dijo con una fingida sonrisa.
— ¿Todos aquí tienen la costumbre de comer como glotones?— le devolví la sonrisa fingida, delante de mí había unos trozos enormes de cerdo al horno.
Olía delicioso pero era descomunal la porción.
—La gente que trabaja de verdad tiene mucha hambre—
—A diferencia de la gente que piensa— solté una suave carcajada, era increíble como ésta niña me soltaba la lengua. No podía evitar devolverle cada uno de sus comentarios.
Sentí un piquete en mi pierna y contuve el grito que pugnaba por salir.
—Oh lo siento, se me cayó el tenedor— dijo Bella mirando a Jacob. La muy malvada me lo había clavado en la pierna, afortunadamente la tela de mi pantalón era gruesa y no se quedó incrustado en mi piel.
—Edward, al fin te encuentro— era Tanya y su hermana. Se sentaron a mi lado izquierdo.
—Hola, que gusto, no te vi en la capilla— dije cortésmente girando mi cuerpo hacia la recién llegada. No quería seguir peleándome con la novia.
—Nos retrasamos, no tenemos auto todavía, no sé porque no nos ayudan tus mecánicos— se quejó.
—Lo lamento, están ocupados y justamente el novio es uno de ellos, como comprenderás tampoco podré enviarlo la semana que viene. Por favor ten paciencia— traté de ser amable.
Terminamos la comida, ni siquiera me giré a ver a la fiera, me pasé todo el tiempo conversando con Tanya y haciéndola reír, mientras más alto mejor, así la berrinchuda no me provocaría y yo no estaría tentado a seguirle la corriente en esta guerra sin sentido.
.
Las horas pasaron, la fiesta estaba en su auge, saqué a bailar varias veces a Tanya y a su hermana alejándome lo más posible de los novios. Cada vez que veía a Bella no sé porque sentía ganas de irme.
Kate se puso mal, la comida le afectó, las llevé a la casa y las instalé en una habitación para huéspedes. Tanya estaba tan preocupada por su hermana que no me siguió de vuelta a la fiesta.
Regresé sólo para despedirme y desearle sinceramente que fueran felices, esto debía acabar, me refiero a las peleas. Y si hacía falta una disculpa formal a la novia por haberla visto en el río, lo haría. Debía ser un caballero… o Esme me mataría.
Encontré a Jacob y sus amigos bastante bebidos, lo extraño es que Bella ya no estaba.
— ¿Listo tigre?— preguntó Embry. –Debes dejar el nombre de los quileute en alto— todos le daban ánimos. Maldición, me molestó mucho aquello. ¿Por qué? A mí que me importaba que ellos… fueran a tener su primera noche de bodas.
No, no me importaba en lo absoluto.
—Traje la sábana— gritó otro de los amigos del novio. No entendía a que se refería.
—El trofeo de guerra— gritaron y rieron, apenas habían notado mi presencia. —Ya sabes que mañana estaremos esperando, tómate tu tiempo, pero no te olvides, Sam lleva la delantera— todos rieron como locos, algunos aullaban.
— ¿A qué se refieren?— pregunté al que tenía más cerca.
—Es una tradición italiana, pero nos la apropiamos hace mucho. Mañana Jake debe sacar esa sábana a la ventana— se carcajeó como si yo le entendiera pero al ver mi rostro se calmó. – ¡Hombre de ciudad! Jake debe mostrar la sábana con sangre. Eso quiere decir que fue el primero, o sea que la novia era virgen— sonrió. Para mí eso era nuevo, jamás había oído ni leído algo semejante. Parecía medieval.
— ¿Y eso prueba algo?— pregunté todavía incrédulo.
—Sí y no. Bueno obviamente significa que la novia era virgen pero entre nosotros, bueno los casados, la mancha más grande significa quien es el más salvaje— volvió a reír pero yo no le encontraba gracia a eso. Tal vez si hubiera crecido aquí… pensara así. De todas formas no me gustaba.
Pero mis traicioneros pensamientos se fueron en otra dirección. Bella con ese camisón transparente, esperando en una cama para ofrecer su virginidad. ¿Virgen? Muy anticuado, jamás me he acostado con una virgen… y tampoco lo haría. La última se acababa de casar y estaba a punto de ser… no podía ni imaginármelo. ¡No!. Maldición.
Quise correr lejos de allí. Eso debía hacer. Tomar mi auto y largarme lo más lejos que pueda. Ya regresaría en un par de días a presidir la cosecha.
Sí, eso haría. Me giré para irme y no tener que estar cerca de todo aquello.
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ACOSADOR -Terminado-
FanfictionACOSADOR (Mayores de 14 años) Todos los personajes le pertenecen a S. Meyer, sólo la trama es original. QUEDA PROHIBIDA TODA COPIA SIN PERMISO DE LA AUTORA SUMARY: El engreído Edward Cullen es enviado a la hacienda de su familia, él odia el campo y...