CAPÍTULO 22: SIN TI ME SIENTO SOLO

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—Ey Emmett— lo llamé para que se acercara a nosotros.

Pero no nos escuchaba, tenía puestos los ojos en Rosalie.

La enana adivina no había fallado, ese era el hombre que le prometió a su amiga.

—Llámalo nuevamente que me estoy poniendo celoso— me susurró Jasper no muy feliz que mi gran amigo mirara de esa forma a su hermana. — ¿Es de fiar no?— preguntó receloso.

—Es Emmett, mi mejor amigo, claro que es de fiar— para mí lo era.

— ¡Emmett!— volví a llamarlo, hasta que me miró.

—Ey señor feudal— se acercó a nosotros. Los presenté, de hecho yo creía que se conocían. Pero ahora que lo pensaba mejor no era sí. A Jasper lo conocí en la universidad y Emmett era mi amigo de la escuela. Qué raro que nunca coincidimos.

—Oye que buena cosecha— seguía mirando con mucho interés la tinaja.

Cuando las chicas salieron totalmente empapadas de jugo de uva fuimos a la casa, a que se cambiaran y a invitarles vino a todos.

—Vino Cullen, el de mis primeras borracheras— sonrió Emmett.

—De las mías también, Edward siempre tenía vino en su habitación durante la universidad— le contestó Jasper, ahora conversaban entre sí, pronto acabarían culpándome por la muerte de sus neuronas.

Lo confieso, yo tomaba vino como si fuese agua, me encanta. Pero participar directamente en el proceso era algo nuevo. Cosechar las uvas y ver como se convierten en esa bebida de los dioses, era otra cosa.

—Mi niño, Sam necesita hablar contigo— May llegó algo agitada. Problemas a la vista.

Salí apurado dejando a mis amigos, la hacienda ahora era mi responsabilidad.

— ¿Qué pasa Sam?— pregunté apurado.

—Es la prensa de las aceitunas…el inyector se ha malogrado… y tenemos la entrega para el lunes— parecía preocupado. Papá no me había hablado en lo absoluto de las aceitunas.

— ¿Qué sugieres? ¿Cuál sería la solución más apropiada?— pregunté.

—Hacerlo como antes de forma manual pero eso nos tomará muchas horas— se veía preocupado.

Mandé a llamar a Charlie y a Garrett, organizamos todo de tal modo que dividimos a los trabajadores. Pero eso requería mi presencia constante, lo cual lejos de molestarme me entusiasmaba. Quería estar con mis amigos pero anhelaba más estar cerca de Bella.

Después de dos días extenuantes la carga de aceitunas deshuesadas estaba casi lista, hasta yo mismo había participado con un despepitador, no era difícil hacerlo pero sí muy cansado, eran miles de aceitunas.

Además podía verla, no habíamos estado lado a lado, aún así le sonreía cada tanto. Al principio sólo conseguía que me sacara la lengua, luego de tantas muecas de mi parte conseguí por fin sus sonrisas. Era suficiente para mí.

—Tus amigos se deben sentir abandonados, te pasas aquí todo el día— me reprochó una tarde cuando salíamos del trabajo.

—Me gusta trabajar y la vista es buena— sonreí porque ese día la había tenido frente a mí.

— ¿En serio te gusta trabajar?—

—Oye, nunca había hecho trabajo manual pero eso no quiere decir que no me gusta estar ocupado.

—Te sienta bien trabajar— sonrió.

—Bella ¿Quieres cenar conmigo? Quiero decir… con nosotros… me gustaría que estés presente hoy en la mesa— pedí.

ACOSADOR -Terminado-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora