CAPÍTULO 13: DE REGRESO A CASA

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Le abrí la puerta del auto. Sin decir nada manejé hasta encontrar la carretera y me aseguré de no parar hasta estar a unos 20 kilómetros por lo menos de allí. Me estacioné en medio de la nada.

Tenía que preguntarle que quería hacer ahora y a donde pensaba ir. No parecía tener intenciones de querer volver a la hacienda.

—No te detengas, continúa— su voz ya no era fuerte, ni desafiante. Estaba hecha un ovillo en el asiento. –Por favor, no pares, sigue por esa carretera— me fijé en su húmedo rostro.

Sentí tanta ternura, quería abrazarla y asegurarle que la llevaría a donde me pidiera.

—Está bien. ¿A dónde quieres ir? Solo dilo— la atraje hacia mí, milagrosamente no opuso resistencia.

—Odio a todos los hombres— dijo sollozando.

—Eso no es cierto… al menos no odias a Charlie— pasé mi brazo por su hombro y la recosté a mi pecho.

—A todos los demás sí. ¿Por qué no pueden mantenerse sobrios o porque no pueden mantener sus bolas tranquilas?— Tuve que esforzarme por no reírme.

Bella siempre salía con cada comentario.

—Sé a qué te refieres. Y creo que un hombre podría mantenerse sin licor y sin buscar sexo por allí, cuando encuentra a la mujer adecuada— le susurré.

—No es cierto… eso se llama matrimonio y no sirve— me refutó. Tenía razón, ella había terminado con uno hace poco.

—Algunos matrimonios no funcionan. Otros sí. Mis padres se aman aún ahora con 25 años de casados— hablé con calma, me estaba haciendo fácil mantener esta conversación y no quería echarlo a perder.

—Ellos son el uno para el otro. Qué envidia— suspiró.

—Sí que lo son— pensé en ellos, en lo bien que se llevaban. Si alguna vez pelearon fue a puertas cerradas porque yo nunca vi una sola discusión. Parecían entenderse con sólo mirarse.

—Yo tengo la culpa— dijo Bella y no le entendí.

— ¿Se puede saber de qué?— pregunté.

—Yo apuré todo. No quise esperar para casarme, tengo 21 años y estaba cansada de mi vida. Papá siempre me decía que el año que viene me enviaría a estudiar a la ciudad. Y no lo hacía. Jake me prometió que nos iríamos de la hacienda si me casaba con él— suspiró.

— ¿Sólo querías salir de allí?— hizo un gesto afirmativo y deposité un beso en su cabeza. No se molestó. – ¿Por qué no te fuiste entonces?— hubiera sido tan fácil que se marchara sin casarse.

—No tengo dónde ir. Y no conozco el camino de vuelta a casa— la abracé con más fuerza porque su voz se quebró y ya no pudo seguir conteniendo las lágrimas. ¿Su casa? ¿Jacksonville?

— ¿Nunca regresaste en todos estos años?— pregunté.

—Papá no quería. Si tan sólo supiera dónde está o tuviera dinero para irme, hace tiempo me habría largado de aquí— seguía llorando.

— ¿No recuerdas nada?

—Era muy bonita, mi mamá plantaba flores. Se veía la playa desde el patio. Todas las tardes nos sentábamos en las perezosas a tomar el sol… el único nombre que recuerdo es Ponte Vedra…— siguió llorando y la acurruqué.

—Creo que debemos irnos. Tu padre saldrá a buscarte cuando se entere de todo— se tensó y miró hacia atrás.

—No quiero volver— dijo asustada. Y yo no lo permitiría.

ACOSADOR -Terminado-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora