Sinopsis

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↪Mordiéndose los labios para no gritar, Jeon Wonwoo se está duchando mientras odia el destino

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↪Mordiéndose los labios para no gritar, Jeon Wonwoo se está duchando mientras odia el destino. Llorando, se lastima golpeando la pared con sus puños. Conteniendo un grito, aborrece su vida y más que nada a sí mismo.↩

Hablar de Jeon Wonwoo alegraba el alma y enorgullecía el pecho. El joven había demostrado dedicación, lucha y sacrificio a su corta edad. A pesar de vivir en una zona medianamente céntrica, Wonwoo no era un chico de fiestas.

Aunque siendo sinceros tampoco podría.

Su madre, YoungMin, sufría de cáncer. Diagnosticada cuando Wonwoo estaba a meses de terminar la educación secundaria, la mujer había caído en cama tras varios mareos y desmayos en su trabajo.

Wonwoo preocupado y con la ayuda del seguro gratuito del estado, pudo realizar unos exámenes de sangre a su madre.

La enfermedad ya estaba avanzada.

No había dinero, el padre de Wonwoo falleció cuando él apenas era un niño. Las medicinas eran costosas y el seguro no cubría todo y, como la mayoría, el joven no aceptaba la idea de su madre muerta. Así que hizo lo que una persona pobre haría. Terminó sus estudios y empezó a trabajar, no había dinero para una universidad.

Wonwoo, mientras se ducha, recuerda con lágrimas como le prometió a su mamá graduarse y entrar por honores a la Universidad Nacional de Seúl.

Mientras que las gotas saladas se combinaban con las artificiales, recordaba como se quedaba hasta tarde estudiando y en la soledad de su cuarto compartido con su mamá, imaginaba su primer día de universidad, elegir sus profesores, quedarse hasta tarde por los trabajos y lo más hermoso y que hacía a su corazón reír: recibiendo su diploma universitario de Astrofísica.

Porque sí. Jeon WonWoo no era torpe, ni lento, ni le dificultaba algunos cursos.

Era excelente en matemáticas. Ganó el primer lugar en la olimpiada regional de física y no, la nacional no jugó porque no tenía el dinero para el pasaje a Seúl.

Lloró una vez más. La rabia contenida porque su inteligencia se había ido a la basura, sus sueños se habían frustrado. Porque sí, lo dejo por su madre, pero ya había ahorrado para los pasajes, ya había mandado la solicitud de una beca completa y la habían aceptado. Iba a cumplir su anhelado sueño.

Hasta que ese ser vil y despreciable se cruzó en su camino, Kim Mingyu.

Shh... soy tu dueño | Meanie |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora