Capítulo 5

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¿Soy la única que piensa que esto es lo más cerca que veremos de Wonwoo llorando?
¡Escuchen la canción de multimedia cuando empieza el flashback!

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Es clima era bueno, era un sábado por la tarde. La gente elegía este horario por la comodidad. Los domingos eran de levantarse tarde pero dormir temprano. Los sábados, los hijos recogían a sus padres de sus trabajos y se iban a la playa o simplemente chismear sin comprar nada. Era septiembre, la feria llegaba en algunos parques. La primavera era muy bonita, más cuando los árboles de osaka florecían. Era normal ver a la gente tomar fotos al paisaje de media tarde.

Lo que no era normal, era ver a un lindo chico llorando.

Llorando tanto con la mirada perdida en algún punto, para las personas, indescifrable.

Wonwoo había perdido la noción del tiempo y el espacio para ese entonces.

Había pasado un día desde que vio a Mingyu. Raramente no lloró, al contrario, llegó a su casa y en su habitación sin que su madre sepa, se desquito con unos papeles de la bolsa de reciclaje.

Se echó a dormir, al día siguiente, aún con la rabia contenida y las ganas de romper más papeles, abrió su armario y se topó con su libro de astronomía favorito y su enojo se esfumo en un ápice de segundo.

Ayer había salido la lista de becados.

Prendió su acabada pero muy eficiente computadora y busco los resultados. Fue ahí donde realmente llegó el dolor.

Había ingresado. Había obtenido la beca inmediata por primer puesto. Tenía ofertas de las cuatro universidades top de asia. Todas le ofrecían alimentación, alojamiento y un ingreso de más de 200 dólares para movilidad o lo que él desee comprar.

Wonwoo se dio por vencido en ese momento.

Odiaba su vida, la odiaba, la detestaba, la aborrecía con todo su ser. No entendía su destino. No entendía cómo dios, si alguna vez existió, le podría traer tantas desgracias, de que su destino solo se burlaba de su despreciable existencia.

Por primera vez, en sus veinte años de vida, se rindió. Se había esforzado tanto.

Lo humillaron, despreciaron, discriminaron, lo trataron de bruto, de pobre, de analfabeto. Había recibido todo el odio de la clase alta. El mundo le había mostrado su peor cara, nacer inteligente, obtener los primeros puestos, pero a condición de un padre muerto, una madre enferma con sus días contados y una maldita y asquerosa persona que lo amenazó.

Que le arrebató todos su sueños, toda su voluntad de vivir, de luchar, de callar a todos a base de humildad, respeto e inteligencia.

Su vida era... no.

Su vida no.

Su existencia era una mierda, una gran mierda sin valor.

El viejo motor del transporte del cual su asqueroso sueldo le permitía obtener, rugió y mientras la gente de su misma condición económica se sentaba en los viejos y cochinos asientos, Wonwoo miró a la ventana. Se colocó los audífonos que se había encontrado, el cual solo tenia un auricular y reproducción en modo aleatorio.

Shh... soy tu dueño | Meanie |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora