𝐎𝐍𝐄-𝐒𝐇𝐎𝐓'𝐒 ━ 𝐃𝐢𝐚𝐛𝐨𝐥𝐢𝐤 𝐋𝐨𝐯𝐞𝐫𝐬 [𝐓𝐞𝐫𝐦𝐢𝐧𝐚𝐝𝐨]

𝐀 𝐏𝐄𝐂𝐔𝐋𝐈𝐀𝐑 𝐂𝐎𝐍𝐅𝐄𝐒𝐒𝐈𝐎𝐍

[ SubaEde ]

El hecho de tener que habituarse a una nueva escuela, profesores y compañeros nunca ha sido nada fácil, sobretodo en las condiciones en las que estaba Kaede.

Aquella chica perteneciente al clan demoníaco se preguntaba aún el porqué su padre la había cambiado a un lugar infestado de humanos como era ese; además de estar algo indignada al ser una obligación.

Debía admitir que no era tan duro aquel cambio como se esperaba: los profesores fueron comprensivos con ella ya que el traslado se cometió con el curso empezado y su clase le dió un buen recibimiento. La hicieron sentir bastante cómoda con su llegada.

El problema comenzó a surgir más tarde.

El hecho de que se llevara con los seis hermanos que más popularidad tenían en aquel lugar le hacía tener algunas enemistades por parte de algunas compañeras. Además, ella misma sabía que su físico acabaría resaltando entre el sector masculino.

Por dios,¡¿tanto era pedir algo de tranquilidad?! ¿Acaso ellos pensaban que iba a elegir a uno de ellos? Ni loca. Uno de los deseos que tenía era que, si llegaba a tener pareja, este la quisiera por como era ella en realidad. ¡La belleza no lo es todo en esta vida al fin y al cabo!

Y por la otra parte, aquellas chicas se metían con ella por la relación de amistad que tenía con los seis vampiros; o bueno, lo intentaban. Kaede no se dejaba pisotear y el menor del clan Sakamaki, quien solía estar cerca de ella, no dejaba que lo hicieran tampoco.

Aquella amistad surgió de una manera bastante extraña, además de ser una larga historia. Pero no se iba a quejar, se lo pasaba bien. Sobretodo cuando tenía sus típicas «peleas» con Ayato.

Pero siempre fue muy cercana a Subaru.

Por otra parte, aquel albino de ojos rojos poco a poco se fue enamorando de aquella chica. Su relación al principio no fue la mejor, incluso se llevaba mal y llegó a decirle algún que otro comentario hiriente. Pero poco a poco, su voz, sus palabras, su tacto; todo lo proveniente de ella hacía que una agradable corriente inundara el interior de su cuerpo, además de ayudarlo a canalizar su rabia.