𝐎𝐍𝐄-𝐒𝐇𝐎𝐓'𝐒 ━ 𝐃𝐢𝐚𝐛𝐨𝐥𝐢𝐤 𝐋𝐨𝐯𝐞𝐫𝐬 [𝐓𝐞𝐫𝐦𝐢𝐧𝐚𝐝𝐨]

𝐎𝐇, 𝐋𝐈𝐓𝐓𝐋𝐄 𝐃𝐎𝐋𝐋

Alirianny Blare, una joven que detrás de ese callado, dulce y delicado aspecto consiguió esconder un secreto bastante oscuro. Y no solo eso, sino que, de alguna forma incluso con su enfermedad logró conquistar el corazón de un vampiro sangre pura.

Ella nunca se esperó que, la noche que se escapó de la casa de sus tíos, acabaría viviendo en una mansión habitada por vampiros que aparentaban ser estudiantes normales de una Academia nocturna.

No recordaba mucho de cómo acabó en ese sitio concretamente.

Cuando consiguió bajar de la ventana de su habitación al jardín del hogar de sus tíos, con gran sigilo fue hacia la puerta. Incluso cuando intentaba ser lo más silenciosa posible, no ayudaba el ruido emitido por lo vieja y oxidada que estaba. Eso alarmó a sus familiares, llegando a pensar que podría tratarse de un ladrón.

Así que no tuvo otra opción que romperla, cayendo al suelo y raspando un poco sus rodillas. Pero tan pronto vio por el rabillo del ojo las luces encendidas y los pasos apresurados, se levantó para correr sin mirar atrás.

Iba un poco más lenta por la bolsa que llevaba consigo. Unas pocas mudas y su tan querido diario. No podía meter mucho más en una bolsa de pequeñas dimensiones.

Así que, por eso se maldecía de tan ni siquiera haber tomado un paraguas. ¡Se había olvidado del mal temporal que estaba previsto para esta noche! Aún así, seguiría corriendo hasta encontrar algún techo sobre el que refugiarse.

Sin embargo, lo único que lograba ver a su alrededor eran los árboles, danzando furiosamente por la fuerza con la que el viento los movía. Incluso las gotas chapoteaban con fuerza contra la hierba. Lo único que veía era bosque y más bosque. Eso logró hacerle perder la esperanza.

Al menos, hasta que pudo visualizar a lo lejos una extraña silueta. No se veía con claridad, pero al menos había algo en medio de todo ese frondoso bosque.

Con sus brazos sobre su rostro, usándolos de protección, avanzó con dificultad. La lluvia creaba charcos de barro que lograban ensuciar su calzado por completo e incluso engancharla y no dejarla salir con facilidad.