Capítulo 19

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Ilan

Miré el reloj de pared, aún faltaban unas cuantas horas para que Aidan vuelva a la casa. Quería verlo ya, quería que vea la primera ecografía de nuestro hijo conmigo. Saqué mi celular y abrí el chat con Aidan, aún no había visto mi mensaje. Aún debía de estar ocupado; estaba impaciente por mostrárselo, aunque no se viera mucho, ya que el bebé aún era pequeño. Prendí el televisor y me recosté en el sillón intentando calmarme un poco. De repente, sonó mi celular, lo tomé rápidamente notando un mensaje de Aksel en la pantalla.

"¿Qué tal la cosa de tu hijo?".

Sonreí al instante de leer su mensaje.

—"Es una ecografía, idiota. Y ha ido bien, apenas si se puede ver una pequeña cosita que está creciendo". —sonreí—. "Estoy impaciente porque llegue Aidan y vea la ecografía". —le envié rápidamente.

"¿No vuelve por la noche? Apenas pasan del medio día, Ilan. Mejor envíame una foto de mi sobrino".

Saqué la ecografía y le saqué una foto para luego enviársela.

"¿Qué se supone que debo ver?". —preguntó, marqué en la fotografía lo que me habían enseñado—. "¿Eso es mi sobrino?".

Al instante de mandar eso, me llamó. Al inicio, comenzamos a hablar sobre el bebé, pero, pronto, Aksel comenzó a preguntarme que haré cuando tuviera que volver a mi casa. No tenía ganas de hablar de eso, pero sabía que Aksel se preocupaba y sabía que si le decía ahora que no me sentía seguro de volver, se vendrá conmigo a mi casa y no quería robárselo a Paula. Hablamos un par de horas hasta que él tuvo que irse, me quedé mirando mi celular unos instantes, sin mirar nada realmente. Miré el reloj de pared, aún faltaban horas para que volviese Aidan, solté un suspiro pesado fijando mi vista en el televisor. Pronto, comencé a sentirme cansado, pero no quería dormirme, quería esperar a Aidan para ver su expresión al ver a nuestro pequeño. Intenté centrarme lo más que pude en la televisión.

Desperté cuando escuché el sobre, abrí los ojos y miré hacia la mesa de centro. Aidan había llegado, estaba sentado en la mesita con la ecografía entre las manos. Me senté rápidamente, él sonrió sin dirigirme la mirada. Me restregué los ojos aún algo adormilado y volví a mirarlo.

—Es tan pequeño aún... —susurró sin dejar de mirar el papel—. Ya tiene un mes nuestro pequeño —metió la ecografía en el sobre, se acercó a mí y me abrazó. Correspondí colocando mi cabeza en su hombro, él me acarició el cabello suavemente—. ¿Tienes hambre?

Se separó de mí para mirarme, simplemente asentí. Se apartó de mí completamente, tomó una bolsa de papel y la colocó en la mesa de centro, dentro había un par de hamburguesas y papas fritas. Ni bien sentí el olor de la comida, sentí náuseas. Me levanté de un salto y corrí hasta el baño a vomitar; ¿este bebé no me dejará comer siquiera comida chatarra? Salí unos instantes después, volví con Aidan, quien ya había comenzado a cenar, me senté a su lado soltando un suspiro.

—Tengo mucha hambre, pero parece que el bebé quiere hacer una vida sana —Aidan rio.

—Pueden hacer vida sana luego, ahora come.

Asentí, tomé la hamburguesa y probé un bocado; esperaba que no volviera a darme náuseas mientras estaba comiendo. Luego de cenar, nos acostamos en el sillón a ver una película. Me encontraba recostado en su pecho; nuevamente me sentía cansado, como si no hubiera dormido nada en todo el día. Sentí mis párpados pesados, cerré los ojos acomodándome mejor en su pecho.

—¿Estás cansado? —la voz de Aidan hizo que volviera a la tierra, asentí sin abrir los ojos—. Bien, es hora de que descansemos.

Se levantó con sumo cuidado, abrí los ojos con pesadez y le dirigí la mirada. Él me tomó en brazos como si fuera un niño pequeño, sentí mis mejillas arder ante su acción.

Broken BoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora