Capítulo 28

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Aidan

Llegué a mi casa lo más rápido que pude, estaba impaciente por saber que había decidido. Me gustaría bastante ver la cara de mi madre cuando lo vea en cinta, seguramente nos hará mil preguntas, o me regañará por no habérselo contado antes. Al entrar, escuché las voces de Ilan y Aksel en la sala, me quité mi abrigo y lo dejé en el perchero para luego dirigirme a la sala con ellos.

—Hola, cuñado chino —dijo Aksel recibiendo una mirada fulminante por parte de Ilan, simplemente solté una pequeña risa.

—No lo mires así, Ilan —me acerqué a él y le di un corto beso—. De todas maneras si soy chino —sonreí—. ¿Cómo la pasaron? —me senté en la mesa de centro cerca de Ilan.

—Tu esposo no me ha dejado opinar sobre si es una buena idea conocer a sus suegros antes de que nazca el bebé —dijo Aksel de manera infantil, volví a reír desviando la mirada a Ilan.

—Es su decisión, después de todo, él tiene que pensar en lo que quiere hacer —tomé la mano de Ilan—. Bien, ¿qué decidiste? —acaricié el dorso de su mano.

—Está bien, tarde o temprano tendré que conocerlos, ¿verdad?

Miró a Aksel y luego a mí nuevamente, me limité a asentir con una sonrisa en el rostro. Me levanté de la mesita soltando su mano.

—Iré a llamar a mis padres, entonces.

Volví a sonreír, besé la mejilla de Ilan y subí a mi despacho. Saqué mi celular mientras me sentaba frente a al escritorio, marqué el número de mi casa y, luego de esperar unos instantes, mi madre contestó la llamada

—Hola, mamá, ¿qué tal están? —dije rápidamente.

—Que seguido llamas últimamente, Aidan. Parece ser que tu pareja te ha alejado un poco de tu trabajo —solté una pequeña risa—. ¿Cuándo vendrán? —me preguntó antes que siquiera dijera algo.

—¿Cómo supiste que te llamaba por eso? —pregunté haciéndome el idiota.

—Hijo, quedamos en que me avisarías cuando tu novia estuviera lista para venir.

Sonreí, pero, al instante, reparé en que mi madre creía que llevaría a una chica. Respiré profundo meditando unos instantes si debía decirle que llevaré un chico, pero finalmente decidí no decirle absolutamente nada. Les daré una pequeña sorpresa.

—Tienes razón, estoy algo despistado —volví a reír—. Bien, iremos este fin de semana. Dile a la tonta de mi hermana que iré a molestarla y que no pida regalos, que no le llevaré nada —mi madre soltó una risa del otro lado de la línea—. Pasaremos el fin de semana allí, ¿te molesta? —mi madre se apartó del teléfono y le dijo algo a mi padre o a mi hermana.

—Está bien, nos encantará conocerla.

Volví a respirar profundamente al escuchar cómo se refería a mi pareja como ella. Seguimos hablando unos minutos más hasta que Ilan irrumpió en mi despacho. Me despedí de ella y corté la comunicación cuando se sentó en el escritorio con cierta dificultad, dejé el celular junto a él dirigiéndole la mirada.

—Iremos éste fin de semana a la casa de mis padres —le sonreí—. Pasaremos la noche allí —noté como el nerviosismo aumentaba en su rostro—. Tranquilo... —tomé su mano, la cual él llevó hasta su vientre, sonreí ampliamente y acaricié su barriga que ya había comenzado a crecer bastante—. Mis padres van a adorarte.

Repetí por millonésima vez para que se tranquilizara, pero sus nervios no parecían mermar. Luego de pasar un rato en mi despacho, Ilan decidió ir a acostarse, mientras yo preparaba la cena. Cuando terminé, me dirigí con él con una bandeja en las manos. Ilan estaba sentado contra la cabecera de la cama con el celular entre las manos, me acerqué a él colocando la bandeja en sus piernas. Me sonrió dejando el celular de lado, para luego, comenzar a cenar.

Broken BoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora