Capítulo 31

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Ilan

—Espero que no sea mi padre —dije quitándole el alta voz a la llamada y colocando el celular en mi oreja—. No quiero que le haga algo a Aidan. Siempre liga algún golpe por protegerme.

—Ahora mismo es preferible que lo golpeen a él antes de que te haga algo a ti. Es mejor que no te miren demasiado, o podrías perder a tu hijo.

Sentí que mis ojos se llenaban de lágrimas al escucharlo decir esto último, no era algo muy grato pensar en que podría perder a mi bebé por culpa del idiota de mi padre.

—No digas eso, Aksel. No me agrada pensarlo —solté un pequeño suspiro—. Te llamaré luego, ¿sí? Aidan no sube.

No dejé que contestara, simplemente corté la llamada. Dejé el celular en la cama, me levanté y bajé rápidamente. Aidan seguía en la puerta, pero parecía estar conversando con alguien. De repente, escuché unas patitas golpeteando en el suelo acercándose a mí, sonreí al ver a Cocoa.

—hola pequeño —dije agachándome con algo de dificultad para acariciarlo.

—Ilan —levanté la vista encontrándome con la mirada de Aidan y, delante de él, la de Bruno—. Lamento no haber subido aún —negué con la cabeza sonriéndole. Él se volvió hacia Bruno, le dijo un par de cosas y luego cerró la puerta—. Se me había olvidado de que le dije que trajera a Cocoa hoy.

Me sentí aliviado de que solo había sido Bruno y no alguno de mis padres o sus matones, no me habría gustado tener que ver como golpeaban a Aidan nuevamente. Me levanté con dificultad y lo miré, él también tenía una expresión de alivio en el rostro. Ambos estábamos aliviados de que no tuviera que pasar por eso nuevamente. Aidan me dedicó una pequeña sonrisa tranquilizadora, pero no le presté mucha atención, lo abracé hundiendo mi rostro en su pecho.

—Estaremos tranquilos hoy.

—Tendré que volver a llamar a Aksel. Le he colgado creyendo que mi padre te estaría golpeando —dije apartándome un poco de él para mirarlo—. Si no lo llamo creerá que estoy camino a la clínica nuevamente —asintió besando mi frente.

—Ve —sonrió—. Prepararé el almuerzo mientras hablas con él­ —volvió a besar mi frente separándose completamente de mí, sonreí y volví a dirigirme al cuarto. Una vez allí, me desplomé en la cama y llamé a Aksel.

—Dime que no estás de camino al hospital —dijo al instante del otro lado de la línea.

—No, tranquilo. Solo han traído a Cocoa. Aidan lo ha dejado con un amigo suyo —escuché un pequeño suspiro por su parte.

—Bien, no han golpeado nadie entonces. No debo preocuparme por ir a visitarte al hospital —escuché un ruido del otro lado, seguramente acababa de tirarse a su cama—. Cuéntame, ¿qué tal las cosas con tus suegros? —esperaba que remarcara el hecho de que eran chinos, pero, por fortuna, no lo hizo.

—Con mi suegra y mi cuñada bien, nos han ayudado a escogerle un nombre a mi bebé. Con mi suegro las cosas no han ido muy bien.

—No te preocupes, Ilan, pronto te... ¿Por qué no me dijiste que tenías el nombre de mi sobrino? —solté una pequeña risa—. ¡No te rías! Es algo importante. Quiero saber cómo debo llamar a mi sobrino y, aún más importante, quiero saber si puedo burlarme de él por su nombre —entorné los ojos, Aksel no podía ser más idiota.

—Te golpearé como te burles de mi hijo —evidentemente no lo haría, a menos que realmente se lo mereciera, aunque, siendo Aksel, lo más probable es que si terminara mereciendo uno—. Lo llamaremos Eve —sonreí al pronunciar su nombre.

—Eve —repitió con tono pensativo—. No podré molestarlo. Hubieran elegido un nombre con el cual pueda burlarme —reí.

—No te daremos ese gusto, idiota. No queremos que nadie se burle de nuestro pequeño Eve —ni bien lo nombré, sentí los movimientos del bebé—. Muero de ganas de que sientas como se mueve tu sobrino —sonreí acariciando mi vientre—. Parece que será bastante inquieto.

Broken BoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora