Capítulo 33

200 34 12
                                    

Ilan

Casi había pasado un mes desde la última vez que vi a mi padre. Por fortuna, no había vuelto a molestarnos. Aidan y yo habíamos logrado estar tranquilos este tiempo. Solté un pequeño suspiro relajándome un poco mientras alistaba el cuarto de Eve.

—Tu abuela Ivana ha comprado mucho —dije mientras doblaba uno de los mamelucos—. Espero no tener que doblar ropa todo el día todos los días, me cansaré bastante si ensucias mucha ropa, pequeño —sentí las pataditas de Eve que me hicieron sonreír—. Sé que serás bueno con tu papi y no ensuciarás tu ropa —acaricié mi vientre suavemente.

Me sobresalté por culpa de unos golpecitos en la puerta de la habitación, al instante me giré encontrándome con Aidan recargado contra el marco de la puerta. Me sonrió cariñosamente para luego acercarse a mí.

—Creo que te ha cansado un poco guardar ropa —no me había dado cuenta de que Aidan había llegado de trabajar.

—Un poco —le sonreí—. Pero estaba entretenido charlando con Eve. Él parece contestarme —coloqué mí mano en mi vientre y lo acaricié con suavidad.

—Seguramente lo hace, Ilan —mi sonrisa se amplió al escucharlo—. ¿Estás listo? Falta muy poco para que llegue.

Lo miré unos instantes, este era el último mes de embarazo, pronto nacerá Eve. Estaba ansioso por tenerlo en mis brazos, pero no estaba listo para pasar por una cesárea ni por pasar unos días en el hospital. Los había pasado cuando mi padre me golpeaba, pero ahora quería salir de allí rápido con mí bebé y Aidan.

—Algo así... —contesté soltando un pequeño suspiro, tomó mí mano y la apretó levemente—. Creo que no pensé esto cuando me embaracé —solté una pequeña risa nerviosa.

—Mejor ve a acostarte, yo terminaré con eso.

—No me falta mucho para terminar.

Besé su mejilla y me dispuse a terminar de guardar la ropa del bebé. Aidan, por su parte, salió del cuarto y se metió en su despacho, seguramente tenía trabajo atrasado. Una vez que terminé, fui a la habitación principal y me acosté. Últimamente me encontraba bastante fatigado, aún más que durante todo los meses anteriores. Miré mí celular, Aksel me había escrito unos cuántos mensajes, pero ninguno importante, simplemente me preguntaba sobre mi enorme barriga y Aidan. Decidí no contestar los mensajes y me dediqué a dar vueltas por YouTube buscando algo que me entretuviera.

De repente, sentí la puerta del cuarto, abrí los ojos desorientado, no me había dado cuenta cuando me quedé dormido. Aidan se acercó a mí y se sentó en el borde de la cama, me senté contra la cabecera y lo miré.

—¿Qué hora es? —dije en un bostezo, él solo me sonrió.

—Hora de cenar, cariño —acarició mi mejilla—. ¿Quieres que te traiga la cena?

—Iré contigo, no hemos estado juntos en casi todo el día.

Sonrió de nuevo, luego se levantó de la cama y me ayudó a levantarme. Bajamos al comedor, la mesa ya estaba puesta y la cena servida, ambos nos sentamos en nuestros respectivos lugares. Cenamos rápidamente y nos dirigimos a la sala, donde nos sentamos en el sillón a pasar tiempo juntos. Aidan prendió el televisor y comenzó a pasar los canales distraídamente, mientras yo me dedicaba a mirarlo un poco atontado. De repente, él se giró hacia mí, dirigiéndome una pequeña sonrisa.

—¿Me extrañaste? Me miras como si no me hubieras visto hace semanas —solté una pequeña risa.

—Sí, te extrañé mucho —acaricié su mejilla, sintiéndome como un idiota, repentinamente no podía dejar de sonreír o apartar la mirada de él—. ¿Por qué no te tomas unos días y te quedas conmigo? Pronto nacerá el bebé y quiero tenerte aquí —su expresión cambió a una seria y pensativa.

Broken BoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora