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4 años después.










Otro lindo año escolar comienza.

Qué maravilla, el cielo gris, el viento que no cesa y el sol que no quiere mostrarse.

Una hermosa mañana para empezar el colegio ¿No?

¿En qué estoy pensando?

Es el primer día de estar en esta cárcel y me encuentro con sueño, ¿Por qué no me quedé en la cama? Si es tan cómoda, ademas de que es calentita, pero claro tenía que venir.

Si tan solo no pasaran lista el primer día, no tendría que preocuparme llevar un buen registro en la asistencia...

ES EL PRIMER DÍA ¡¿QUÉ SE SUPONE QUE SE HACE EL PRIMER DÍA?!

Nada, absolutamente nada. Solo se toma lista llegan los nuevos, te encuentras con tus amigos, presumes lo que hiciste en vacaciones, los profes de nuevo se presentan nada que sea relevante.

Debí enfermarme.

— ¡Joven Antares!

Eh aquí el inicio de mi dolor de cabeza.

— ¿No me escucha? Llevo llamando por su asistencia más de diez veces.

— Lo escuché maestro.

Viejo gruñón, el si que es uno de los maestros a los que más odió.

— ¿En que está pensado? De seguro en sus amigitas.

Se puede apreciar la risa burlona de mis compañeros.

— Maestro —alzó mi voz y se produce casi un silencio absoluto— ¿No cree que está mal meterse en lo que no le importa? Yo no voy por ahí preguntando si ya dejó de vivir con su madre.

— Joven Antares es el primer día de clases no me diga que quiere que lo lleve a dirrección

En su rostro se forma una sonrisa de victoria. En su cabeza ya ganó con solo mandar esa amenaza tan antigua como el tiempo que llevo en mis estudios.

— Claro, puede hacerlo, está en todo su derecho. Usted debe ser consciente que no tendré otra opción que comunicar que cierto maestro estaba hablando mal de un director a sus espaldas. Si no fuera suficiente, también vi como dañaba los neumáticos de cierto mercedes benz.

El rostro del Maestro se transforma en uno de horror, creo que esa fue la única ventaja de levantarme temprano y encontrarlo haciendo aquello al coche del director.

— Con gusto voy a la dirección.

- ....

¡Ring ring!

¡Aleluya!

Se acabó, yo me largo.

Salgo como si fuera una tortura estar ahí. Mejor dicho es una tortura. Una vez afuera me dirijo a la salida.

Ya casi llego...

— ¡Hey, bicho!

No puede....

— ¡Alacrán!

Ser...

Dejo salir un suspiro y me doy la vuelta para encontrarme con mis dos idiotas: mis amigos

— Angelo —choco los puños— ¿Cómo así has venido el primer día?

— Te eh dicho que no me digas así.

Ya lo sabía pero me encanta joderle, su apodo es Deathmask. ¿Por qué?

No tengo ni las más remota idea, algún día descubriré la razón, lo conozco desde que tengo memoria, su tío es un buen amigo de mi hermano y también me entiende, lo entiendo nos entendemos y eso nos hace grandes amigos.

¡¡¿Por qué lo hiciste?!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora